Por Ing. Agr. Diego Agueri*

La superficie de maíz tardío en nuestro país, considerando las últimas 9 campañas, arroja un promedio de 47,5%, con máximos de 60% (campaña 15/16) y mínimos de 33% (campaña 11/12).

Las particularidades climáticas y productivas de cada zona explican las proporciones entre ambas fechas de siembra. En los extremos hay regiones como norte de Córdoba y norte argentino donde la mayor superficie se siembra en fecha tardía (diciembre/enero) y, por otro lado, zonas como el sur de Santa Fe, donde predomina la siembra temprana (septiembre).

Para esta campaña en NK estimamos un escenario de siembras volcadas a fechas de siembras tardías, pudiendo alcanzar un 58% de la superficie total de maíz a nivel nacional.

Aquel productor que incluya maíz tardío en su planteo deberá considerar varios aspectos a la hora de la planificación productiva.

• Expectativa de rendimiento. Es sabido, que este tipo de siembras exponen al cultivo a condiciones de menor temperatura y radiación y a situaciones de mejora en los balances hídricos, logrando mayores estabilidades productivas que en fechas tempranas. Sin embargo, existe un rango de rendimientos posibles, con máximos y mínimos marcados que sugieren conocer bien el híbrido a elegir en cuanto a su potencial de rinde y estabilidad.
• Longitud de ciclo. Su elección, desde el punto de vista agroecológico, estará limitado por el período libre de heladas de cada zona productiva. Junto a la tasa de secado y las condiciones ambientales que enfrente el cultivo, determinaran la humedad a cosecha de los granos. Existen trabajos de INTA que proponen el análisis de los costos de secado, flete y control de malezas de la cosecha anticipada vs el riesgo de esperar con el cultivo en el lote, el descenso de humedad de los granos hasta niveles de comercialización (14,5%). Por ello, un atributo crítico por considerar en este tipo de planteos productivos, es la fortaleza de caña y anclaje de raíz. Se debe recordar, que muchas veces este maíz “espera” a la cosechadora en el campo hasta 8-9 meses, debiendo sortear las condiciones que el clima propone en cada año particular. 
• Sanidad y biotecnología. Conocer el comportamiento sanitario, la protección contra lepidópteros y las alternativas de uso de herbicidas, es fundamental para poder llegar sin sobresaltos a cosecha reduciendo o eliminando las aplicaciones químicas. Sin embargo, nunca debe abandonarse el monitoreo de lotes; es clave, conocer a tiempo posibles quiebres de resistencias, aparición de nuevas razas de patógenos y evaluar los avances de las enfermedades con un criterio epidemiológico y holístico para actuar en momento oportuno en caso de ser necesario.
• Densidad. Se debe saber, que no existen recetas y es un error generalizar densidades basándose en prácticas habituales de la zona. Elegir densidades sub o supra optimas pueden atentar contra la eficiencia productiva o favorecer el vuelco y quebrado de las plantas. Las curvas de respuesta a la densidad varían entre híbridos y entre ambientes debiéndose considerar la recomendación del semillero para no incurrir en errores productivos.
• Fertilización. El maíz tardío encontrará el suelo con mayores niveles de nitrógeno debido a la mineralización que se produce durante meses de mayores temperaturas y con un período de barbecho más prolongado. Sin embargo, no debe perderse de vista los requerimientos del cultivo y ajustar con fertilización los niveles de nutrientes según el rendimiento objetivo. Cabe aclarar que el maíz de segunda, sobre todos con antecesor gramínea, encontrará menores niveles de nitrógeno debido al consumo previo y a la inmovilización de nutrientes. Esta particularidad deberá ser considerada a la hora de la planificación de la fertilización y los costos productivos.

Portfolio

En NK trabajamos para ofrecer más, y cada vez mejores opciones, adaptadas a fechas de siembra tardía. Para quienes desean producir en la región maicera templada SYN840 VIP3 muestra una gran adaptabilidad y versatilidad en cuanto a fechas de siembra y ambientes seleccionados. 

Un atributo para destacar en este material es su excelente anclaje y fortaleza de caña. Posee una equilibrada sanidad de planta y espiga que minimizan la probabilidad de daños frente a la aparición de enfermedades fúngicas. 

Para el productor del norte argentino, SYN126 VIP3 es la opción a elegir. Material de ciclo intermedio, altamente competitivo y estable en todos los ambientes de la región. De muy buena agronomía y excelente comportamiento sanitario, destacándose su sanidad de espiga frente a enfermedades fúngicas, característica muy valorada y que asegura la calidad de los granos para su almacenamiento o entrega final. 

En ambos materiales la biotecnología Agrisure Viptera3 brinda el mejor control de lepidópteros (isoca cogollera Spodoptera frugiperda, isoca de la espiga Helicoverpa zea, barrenador del tallo Diatraea saccharalis, cortadora Agrotis ipsilon) marcando grandes diferencias en eficacia frente a los competidores del mercado. En adición, dicha biotecnología aporta la tolerancia a Glifosato y a Glufosinato de Amonio aportando diversas opciones en el momento de controlar malezas tolerantes y/o resistentes.

Sustentabilidad productiva. La aparición de biotecnologías que permiten minimizar el daño de plagas y brindar alternativas en el control de malezas es, sin lugar a duda, uno de los factores claves que han permitido la expansión de las siembras tardías. 

Su cuidado, debe ser un aspecto fundamental a considerar durante la planificación productiva. Implementar una correcta rotación, el monitoreo de plagas, control de malezas, desecamiento anticipado de hospedantes alternativos, la siembra de semilla curada y la implementación correcta de refugio (un bloque del 10% de la superficie del

lote, con un hibrido no Bt de ciclo similar, sembrado en la misma fecha) son algunas de las prácticas de manejo integrado que aseguran la sostenibilidad de las tecnologías y nos permiten seguir pensando en el cultivo de maíz tardío. 

*Gerente Región Centro-Norte y Desarrollo de Producto de NK Semillas.