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Agricultura

04/09/2020

Cómo fertilizar para que el maíz rinda más

El manejo a campo y las mejoras de nutrición fueron fundamentales para llevar la cosecha de maíz a 50 millones de toneladas en 2019.
Es el evento tecnológico número 18 desde diciembre de 2017.

Fertilizar AC comenzó por esas fechas a sistematizar trabajos en su Red de Ensayos, donde se analizan distintas estrategias de nutrición partiendo de parcelas sin fertilización (“control”), parcelas con la fertilización “actual” (el uso frecuente de aplicación del productor), una fertilización “recomendada” y una aplicación que apunta a un rendimiento máximo.

Según el presidente de Fertilizar AC, Jorge Bassi, “sólo entre la aplicación ‘actual’ y el ‘control’ hay 11 puntos porcentuales de diferencia; pero la brecha de mejora todavía es de 22%, o 1700 kg/ha en promedio, si lo comparamos con una estrategia que apunte a lograr altos rendimientos”.

Bassi insistió que, incluso en el caso en que los productores decidan intensificar su producción para alcanzar altos rendimientos, “la inversión aumentó, pero el repago es muy interesante: 200 dólares de ingreso extra por un costo de 130 dólares. El retorno de esa inversión en fertilizantes nos da 53%”.

Consideraciones para la fertilización

Bassi señaló que “la fertilización balanceada es muy importante” y debe partir de “una estrategia clara y definida para los 4 nutrientes principales (nitrógeno– N, fósforo –P-, azufre –S- y Zinc– Zn) en toda la Pampa Húmeda, más el agregado de potasio en Entre Ríos”.

El nitrógeno –aseveró Bassi- es la base del rendimiento de las gramíneas. En maíz, el requerimiento es de 20-22 kg de N por tonelada de grano”. Advirtió además que “hay que hacer ajustes teniendo en cuenta el ambiente, híbrido y densidad de siembra. En dosis altas de N es importante la partición de la dosis ajustando según planteo, estado del cultivo y perspectivas (EUN)”.

En cuanto a fósforo, el presidente de Fertilizar afirmó que “los mayores rendimientos se dieron con estrategias de reposición de P (50-130 kg/ha), con mejoras en los niveles de fósforo extractable en suelo (3,1 kg P = 1 ppm)”.

En tanto que la incorporación de azufre al manejo de la nutrición con dosis de 10 a 15 kg/ha de S en promedio mejora el rinde en 715 kg/ha, en ambientes de baja materia orgánica (MO) y niveles de sulfatos 0-20 menores a 10 ppm.

Por el lado del ZN, hay una alta frecuencia de respuestas con mejoras en rendimientos de 600 kg/ha de promedio con 1 ppm como referencia en el análisis de suelo.

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