El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en declaraciones televisivas justificó la intervención de la empresa Vicentín afirmando que «no nos pusimos este objetivo desde el primer día, veíamos una debacle. Nuestra visión es pragmática y no dogmática, no hacemos esto porque nos gusta más el Estado que lo Privado. Pensamos que la actividad económica del país se va a desarrollar en la medida en que la inversión privada crezca. No queremos decir que cualquier situación es una excusa para estatizar. Tampoco somos dogmáticos en el otro sentido, es decir que el Estado nunca debe intervenir en ninguna circunstancia porque eso es distorsivo». 

Al ser consultado en el canal América sobre por qué no se esperó a la conclusión del concurso de acreedores, el funcionario explicó que «vimos que pasaba el tiempo y el problema se agravaba en lugar de encontrar soluciones, (la empresa) parecía ir inexorablemente a una quiebra. Es una solución que nos parece mejor para los productores, los acreedores y para el país es una apuesta muy interesante».

En cuanto a la oportunidad para liquidar divisas que tendrá la nueva empresa, cuando en general las cerealeras lo hacen por criterios de oportunidad, Kulfas sostuvo que «sería muy bueno que la nueva empresa tenga una conducta más previsible, que liquide divisas de una manera más regular de acuerdo con el funcionamiento de su giro productivo y no especulativo y dará más previsibilidad al mercado de cambios. Esto ayudará al mercado de cambios y al mercado de granos. Ningún sector debería sentirse perjudicado por esto».

Como visión general Kulfas, agregó que «Vicentín es una oportunidad para intervenir en beneficio de todos: los acreedores, el mercado de cambios, el mercado de cambios y una herramienta para el desarrollo productivo del país. Será una empresa que tendrá entre el 10 y el 14% del mercado, no será mayoritaria. Oficiará como una empresa testigo».