De acuerdo con información de Guillermo Aguirre, de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA en Manfredi, Córdoba, la mayor parte del tiempo en mayo se dedica a cosechar verduras de hoja sembradas en enero y febrero. Esa superficie cosechada no debe quedar descubierta y sembrar o transplantar inmediatamente otras especies para tener una cosecha contínua de verduras en la huerta.
El técnico recomienda “no olvidar fertilizar con abonos orgánicos. En zonas donde el frío es muy intenso, deberán realizarse camas calientes o alguna protección con plástico transparente (microtúneles) para tener verduras en invierno. Para proteger a las plantas de las heladas conviene mantener la humedad del suelo con una capa de mulching, que a su vez controla las malezas. Es bueno difundir éstas prácticas cuando visite diferentes huertas de su área de influencia, es muy importante ser observador, para poder aprender de los huerteros con experiencias y luego compartir esos saberes”.
En cuanto a las especies a sembrar, recomienda sembrar acelga (variedad V. Bressane) que se cosechará en julio y agosto; ajo (colorado) para cosechar en diciembre – enero; cebolla (Val 14 Angaco INTA) que se cosechará en octubre -noviembre y diciembre – enero; lechuga (Maravimor) para cosechar en agosto – septiembre y zanahoria (Beatriz) a recolectar en julio – agosto. Salvo la cebolla, que se sembrará con trasplante de almácigo, las otras especies se harán con el sistema de siembra directa.
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