Estos tiempos de aislamiento nos dejan la mayor parte del tiempo en casa en convivencia más estrecha con los perros y gatos. Para los felinos el desafío no es menor, por eso, desde el Programa Comunidad – Pequeños Animales de la Secretaría de Extensión de la FCV UBA, queremos acercarles algunas
El gato ve o percibe la casa como su territorio y como tal, la defensa de sus recursos, es también parte de su repertorio conductual. Estos días ese territorio está alterado y esta circunstancia puede reflejarse en el gato con la presencia de signos de ansiedad.
Signos de un gato ansioso: huida o inmovilidad, hipervigilancia o agresividad, vocalización, aumento o disminución del autoacicalado (lavado), postura agazapada, hiperactividad y búsqueda de atención. También puede haber cambios en el apetito, orinar o defecar fuera de su bandeja, aumento o descenso de horas de sueño.
Medidas a tomar:
- No acercarnos abruptamente a ellos si están durmiendo. Respetemos sus momentos de descanso. Si necesitamos de su atención, debemos dirigirnos en forma suave, recuerden que ellos también están atravesando por una situación fuera de lo común.
- Permitirles pasar tiempo en lugares de la casa donde puedan ser ignorados. No tenemos que prestarles atención todo el tiempo, ni interactuar con ellos por demás.
- El área donde pasan la mayor parte del tiempo debería ser segura y previsible en la medida que se pueda.
- Podemos generar alguna zona de refugio para que puedan ocultarse de nosotros, si así lo desean, y respetarlos. Para tal fin, puede destinarse un espacio de la casa al que ellos puedan acudir como lugar de refugio cuando quieran retirarse del contacto humano. El enriquecimiento ambiental juega aquí un gran papel y nuestra creatividad también.
- Si estamos atravesando un momento de nerviosismo, evitemos tocarlos, gritarles o interactuar de manera brusca con ellos.
- Buscar momentos para interactuar con ellos a través del juego. Podemos realizar juegos con los gatos de forma diaria. Debemos presentarles novedades de juego o formas diferentes de jugarlo dos o tres veces por semana. Es importante tomar esta actividad como rutina, incluso poner horarios para realizarlo. Esto lo hará previsible y ayudará aún más a amortiguar el estrés.
- Al momento de alimentarlos también busquemos una forma novedosa de realizarlo. Podemos presentarles un desafío para la obtención de alimento y favorecer de esta manera que la obtención del mismo requiera de un poco más de interacción.
Fuente: Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires.
Twitter
Facebook
G Plus