Valoradas por su aroma, el tomillo, el orégano y la albahaca realzan el sabor de las comidas y ayudan a controlar –de manera natural o biológica– las plagas que dañan los cultivos de la huerta.
A diferencia de las hortalizas, estas hierbas se desarrollan en suelos pobres en nutrientes y con poca agua, se adaptan a los lugares muy soleados y hasta crecen en pequeñas macetas. El tomillo y orégano son aromáticas perennes fáciles de multiplicar.
DIVISIÓN. “A medida que se extienden, estas especies forman unas matas compactas que es necesario dividir para mantener plantas sanas y jóvenes”, indicó ónica Filippi, especialista en cultivos hortícolas del INTA Chivilcoy Buenos Aires y de ProHuerta, acerca de la importancia de realizar una renovación habitual de los cultivos a fin de asegurar su fortaleza. La albahaca en cambio es una aromática anual y se multiplica por semillas.
CLIMA Y REQUERIMIENTOS. Su cultivo requiere de temperaturas medias superiores a 15 °C, por tanto se adapta al aire libre desde fines de invierno hasta el otoño. Es melífera e ideal para para atraer polinizadores. Existen varios tipos o variedades de albahaca ,las ornamentales de color púrpura, ricas en pigmentos aunque con menor concentración de esencias, ideales para dar color al cantero, La variedad “cinnamon” posee un fuerte aroma a canela y es púrpura y la “reina de siam” y la “lemmon” tiene las hojas más finas y aroma a limón.
ESTRATEGIAS PARA MULTIPLICAR. “Según el tipo de planta que se disponga, será la opción que se elija para llevar a cabo el cultivo”, afirmó Filippi, y destacó la importancia de contar con un sustrato aireado como requisito para lograr un trasplante exitoso.
1) Semillas. Ideal para especies anuales como la albahaca. Una manera de hacer la multiplicación es preparar los almácigos en primavera a partir de semillas. “Sólo los oréganos europeos pueden generarse de esta forma y, en el caso del tomillo, es conveniente realizar una siembra muy superficial dado el tamaño casi diminuto de las semillas”. La aplicación de una cubierta o mulch asegura la humedad y la emergencia en siembras superficiales y semillas pequeñas.
2) Acodo. En su versión simple, esta técnica se aplica cuando la planta madre posee tallos muy delgados, flexibles y sin textura leñosa. Se realiza durante la primavera y se trata de enterrar una porción del tallo de la planta madre–libre de hojas– en otro recipiente sin separarlo de la planta original, mientras que la otra parte se deja al aire libre y con algunas hojas.
3) Acodo por amontonamiento. Es una variante del acodo tradicional que resulta de utilidad cuando los tallos no son lo suficientemente largos y flexibles. Esta práctica se efectúa en primavera y consiste en colocar en la base de la planta una capa de tierra fértil o sustrato –de 7 a 12 cm de espesor– que, al oscurecer las yemas, emite nuevas raíces y plantas.
4) Esquejes. Son pequeños trozos de tallo que, deshojados en su base y con hojas en su porción terminal, estimulan la formación de raíces. Esta posibilidad requiere la plantación de cuatro yemas o más en un sustrato aireado al comienzo del otoño –cuando hay condiciones de crecimiento con temperaturas moderadas– y el empleo de tallos de 3 mm de diámetro y de entre 5 y 10 cm de largo.
5) División de Matas. Recupera plantas envejecidas y las rejuvenece. Hay que desenterrar el pie de la hierba y dividirlo según el tamaño de la planta madre, con la precaución de que cada individuo resulte equilibrado en cantidad de tallos y raíces.
SECRETO. El secreto para potenciar el aroma es su exposición al sol, por tanto ubicarlas en balcones o canteros bien y orientados al norte. “El nivel de contenido de aceites esenciales, que brinda el aroma característico y determina su uso como condimento, depende de la intensidad de la
luz solar que recibe la planta”, observó Filippi.
Cualquiera de estas aromáticas puede cultivarse en el suelo o en contenedores con una profundidad no menor a los 35 cm. Se adaptan a suelos pobres y con buena granulometría y drenaje. No toleran las condiciones de encharcamiento, debido a que son sensibles al exceso de agua y sus raíces. El tomillo y el orégano se potencian expuestos al sol y orientados al norte.
Por Mónica Filippi para Super CAMPO.
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