El Observatorio Vitivinícola Argentino comparó los precios de las uvas y los vinos de Argentina, Chile y Australia para comprobar la relación que existe entre los costos de la materia prima y el producto final. El comportamiento de los precios en la Argentina refleja cuestiones pendientes de resolución.
El nivel de precios del vino de traslado (la comercialización entre establecimientos elaboradores y fraccionadores, en el mercado interno, del vino a granel que después llegará a las góndolas envasado) se mantuvo durante los primeros seis meses del año por debajo de los registros de 2018. Este comportamiento se verifica tanto para vinos genéricos como varietales.
Las probables razones, tal como ha ocurrido en temporadas anteriores, son las expectativas respecto a las existencias vínicas disponibles (8 a 9 meses de despachos).
Esta situación tiene su correlato e implicancias en el mercado de compraventa de uvas. De acuerdo a estudios previos realizados por el Observatorio, el precio relativo de la uva respecto del que presenta el vino es de 0,78 veces para tintos y 0,65 veces para blancos, particularidad que se convalida con datos históricos en los últimos 15 años.
A partir de esto, analizamos la evolución de precios de la uva en Australia y Chile (expresando dichos valores en dólares a efectos de que sean comparables con los precios de la uva pagados en la Argentina, también llevados a dólares). Esta comparación muestra que el precio de la uva pagado en nuestro país se encuentra en niveles similares a los de Chile, en promedio, y con algunas diferencias con relación a Australia.
Es para destacar el alto precio pagado por el vino tinto varietal en Argentina en 2017 que superó el dólar por litro, muy por encima de cualquier registro, tanto de Argentina como de Australia y Chile (situación derivada de los desfasajes del tipo de cambio: altos precios en pesos de la uva y tipo de cambio atrasado).
Esta misma razón de fluctuaciones del tipo de cambio real nos llevó a buscar otra pauta de comparación en el precio de las uvas de Argentina, Chile y Australia. Para ello, comparamos los precios de las uvas con los valores promedio de exportación de vinos de los tres países, con el objeto de determinar si el porcentaje que el precio de la uva representa en el valor del vino se mantiene a lo largo del tiempo, lo que garantizaría una distribución equitativa entre los ingresos provenientes del producto final y la remuneración que recibe la producción primaria.
En el caso de Australia, se observa cierta estabilidad en esa relación que se encuentra en el orden del 25% del valor FOB promedio de exportación de los vinos de ese país. Esto podría explicarse de la siguiente manera: si Australia exporta un litro de vino a un dólar, el costo de la uva fue de 0,25 dólares.
A vez, Chile, en los últimos años presenta un comportamiento creciente debido a que se mantiene los precios FOB de exportación y se verifican simultáneamente valores de la uva en dólares crecientes. La relación entre precios de uva y vino fluctúa entre 15 y 20%, con lo cual si Chile exporta un litro de vino por un dólar, el valor de la uva sería de 0,15 a 0,20 dólares.
Finalmente, Argentina presenta valores muy disímiles en los últimos seis años, con un pico en 2017 del 28% y una fuerte caída hacia 2019, año en el que la relación, a junio, es del 12%, es decir que, por cada litro de vino vendido a un dólar, el valor de la uva es de 12 centavos de dólar, lo que marca la menor relación entre “precio de uva – precio de vino”, en Argentina, respecto a Chile y Australia.
Argentina viene incrementando sus precios de exportación sistemáticamente debido a las fluctuaciones macroeconómicas ya mencionadas, buscando la recomposición de ingresos (que no han venido de la mano del tipo de cambio) a través de estos aumentos de precios.
Jugo concentrado de uvas. En el caso del mosto, en 2019 también muestra, en precios FOB, valores por debajo de los exhibidos en 2018, aunque con volúmenes (toneladas) mayores a las del año pasado, lo que redunda un ingreso prácticamente igual (acumulado a junio de este año) igual al de 2018. Este desempeño de las exportaciones de mosto que viene repuntando desde 2016 ha posicionado a la Argentina en el primer lugar de tres de los cuatro principales mercados importadores de jugo concentrado de uva (EEUU, Japón y Sudáfrica).
INDUSTRIA. Para la producción del vino, la industria debe insistir en la búsqueda de mecanismos de estabilización del precio del vino de traslado y de los valores de la uva que permitirían distribuciones de ingresos más equitativas y estables en el tiempo.
En cuanto al mosto, la industria debería fortalecer las políticas de exportación de este producto dadas las oportunidades que presenta ya que se ha consolidado como un producto importante dentro de la cadena y que se ha posicionado como líder en tres de los cuatro mercados más destacados del mundo. Sobre todo, teniendo en cuenta el importante rol que tiene en los equilibrios internos de la cadena vitivinícola (35 a 40% de los quintales producidos en Argentina tienen destino de convertirse en jugo concentrado de uvas).
Fuente: Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola Argentino.
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