Si bien las tierras del whisky históricamente no estuvieron destinadas a la producción de soja por las condiciones climáticas que la caracterizan, siempre hay quien se anima a innovar. Es el caso de un grupo de investigadores del James Hutton Institute que viene trabajando fuertemente con leguminosas en Europa intentando incrementar su producción y consumo.
En Escocia, más específicamente en la latitud 56° Norte donde se encuentra la región de Dundee, están desde 2016 buscando adaptar el manejo de la soja a las condiciones locales y analizar si puede ser una alternativa en las rotaciones agrícolas a los cereales.
El desafío que tienen es lograr generar grano antes de que lleguen los fríos más intensos por allá que suele ser bastante más temprano que en otras partes de Europa. Parte de la estrategia es usar variedades de grupo de madurez 000 sembradas a 150 kg/ha y cosechar la chaucha entera verde como “edamame” para consumo humano. Además, siembran cereales entre las parcelas para proteger al cultivo de las heladas.
Rizobacter, la empresa argentina líder en microbiología agrícola fue la encargada de proveer el inoculante, Rizoliq TOP. El grupo de investigación llevó a cabo un ensayo a campo para comparar la respuesta a la inoculación de dos genotipos diferentes de soja.
Según los resultados obtenidos la diferencia es llamativamente notable ya que, en el caso de las semillas que fueron tratadas con inoculante, se duplican los kilos obtenidos por hectáreas comparado con el control sin inocular. Se concluye así que, en un año como el 2018 que fue particularmente cálido y seco en el Reino Unido, es posible lograr un buen cultivo de soja y llegar a una buena cosecha en latitudes antes insospechadas. Eso sí, únicamente inoculando.
Gentileza: Rizobacter
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