Los números hablan. Desde 2103 hasta llegar a los 5.800.000 hectáreas de área para maíz que anticipa la Bolsa de Cereales de Buenos Aires para el ciclo 2018/19 se trata de un incremento del 62% del área, que mejoró también sustancialmente el nivel de gramíneas en suelo que ahora está levemente por encimadel 40%, y que también es una gran noticia para el suelo y las rotaciones. “Sucedió lo que decíamos en Maizar hae años, que una vez sacadas las retenciones y los registros de exportación, el área iba a crecer lo que el mercado indicara. Y es lo que vemos”, admite Aberto Morelli, presidente de Maizar.
Respecto a los planteos que encarará el productor, para el presidente de la institución que reprsenta a la cadena del cereal, volverán a pensar en los planteos de alta tecnología. Con híbridos de alto rendimiento y con mejores paquetes. Y allí la fertilización será un factor clave, porque los suelos están lejos de alcanzar el balance de nutrientes necesario. “El suelo es una gran caja de ahorro”, analizó Morelli, en la medida en que uno saca en tanto ha puesto, pero si deja de poner no hay qué sacar.
“Y eso es lo que hemos hechos en los último años. El productor, con márgenes muy estrechos buscó situaciones de refugio al bajar la fertilización como método defensivo, pero que en el largo plazo ha tenido sus resultados negativos. Hay que mejorar. Por ejemplo, el Fósforo o está en el suelo o se agrega. No hay otra. De todos modos hoy ya existen otras perspectivas de rotación que van cambiando los esquemas y nos permiten pensar en otros planteos más sustentables”, agregó Morelli. Respecto del tema de los suelos revalorizó los datos que aportará el nuevo Censo Nacional Agropecuario. “Tengo grandes esperanzas de que el próximo censo nos diga qué área es alquilada realmente, y eso nos ayudará a pensar políticas a largo plazo para el resguard o de los suelos”, agregó.
COMIDA DEL SUELO. Desde Fertilizar Asociación Civil vienen trabajando en explicarle a los productores que sin limitantes en la fertilización el maíz puede rendir hasta un 20% más. A medidos de agosto la Asociación trajo al Dr Below, profesor de la Universidad de Illinois para conocer por qué la fertilización es el factor que mayor impacto tiene en el rinde del maíz. El Dr Fred Below, estudioso de la Universidad de Illinois y refrente en nutrición de maíz, analizó lo que el llama las “Siete maravillas del rinde del cultivo de maíz”. Aunque conoce poco de la realidad productiva de la Argentina (vino a recorrer campos y ver qué hacen los productores locales), se animó a anticipar que la gran brecha de rinde entre el promedio nacional del cultivo (8000 kg/ha) y el promedio norteamericano (11.100 kg) se explica principalmente por una inadecuada fertilización. O mejor dicho por la falta de fertilización.
El docente recordó que el Nitrógeno -el principal factor que afecta el rinde de maíz de los que puede modificar el productor, puesto que en 1º lugar está el clima-, explican en gran medida las brechas, que también se dan en EE.UU. En un concurso de rendimientos de maíz de la NCGA en 2017, el rinde superior del cereal fue de 34.1 toneladas/hectárea (con riego) y 24.3 en secano, al tiempo que el promedio nacional fue de 11.1 ton/ha. Esa brecha es aún más significativa de la que se puede ver en la Argentina entre los rindes máximos y los promedios. Below cree que hay que “leer” mucho mejor como se comporta el maíz para acercar estas brechas. “Yo pienso que hay que trabajar en intensificación inteligente”, adelantó. “Si quiero alto rendimiento debo conocer los factores que tienen impacto positivo en el maíz. Por eso he ponderado esos factores como positivos o negativos y les he asignado a cada uno un promedio de acuerdo al área de producción. Son lo que llamo las maravillas que agregan rindes”, dijo durante el encuentro.
Estas 7 maravillas serían: en primer lugar el clima, 2º el manejo del Nitrógeno, 3º la selección del híbrido, 4º el cultivo anterior, 5º la densidad de plantas por hectárea, 6º el uso de labranza o no labranza y 7º la aplicación de reguladores de crecimiento o biestimulantes.
Super CAMPO dialogó con el Ing. Martín Díaz Zorita, de Fertilizar, quien analizó la fertilización de maíz local y las maravillas de Below. “Los 7 factores que Below identifica son universales. Con pequeñas variaciones en su magnitud aplican a las distintas zonas productivas», indicó. De igual modo analizó: “Nuestros estudios en Fertilizar nos dicen que el ajuste de nutrientes como un todo, con diagnóstico de suelos y caracterización del sitio de producción, que no es ya sólo el lote sino que está asociado a la expectativa de producción (cuánto consideramos que 10 metros cuadrados de un campo van a producir), ese conocimiento nos ayuda a mejorar el aporte de Nitrógeno. La columna vertebral del maíz sigue siendo ese elemento y muestra resultados favorables cuando uno los diagnostica teniendo en cuenta la esperanza productiva que depende del híbrido, de la densidad de plantas por hectáreas, de la región y principalmente de la capacidad productiva que tiene ese campo”.
NITRÓGENO. “El uso hoy de nitrógeno en la Argentina para la producción de maíz está por debajo del 80% de lo que los cultivos de maíz están produciendo. Si uno lo mira desde el lado fisiológico estamos limitando nuestra expectativa de producción a un nivel asociado a la oferta limitada de nitrógeno y sabiendo que, con solo corregirlo, podríamos conseguir niveles de producción algo mayores”, adelanta Díaz Zorita. El uso se limita por tema de bolsillo pero también por múltiples factores como las realidades productivas sin tener en cuenta las expectativas.
“En general se planifica sobre un promedio y allí es cuando dejamos de ganar”, dice Díaz Zorita y recuerda que el nitrógeno es el combustible a la producción. “Nuestros suelos no tienen capacidad de aportar la demanda que tiene el cultivo de maíz en condiciones normales de producción y complementarlo en lo que hace al aporte de la fertilización muestra una brecha. Esa brecha la pudimos detectar el año pasado en condiciones de estrés en el oeste de la región pampeana, sur de Córdoba, sudeste bonoerense y lo que es explicado, independientemente de siembras tempranas o tardías, con una diferencia cercana al 20% respecto al rinde actual. Si lleváramos los nutrientes a un valor de no limitación es decir una suficiencia real de los cultivos, la expectativa de producción podría llegar con mucha proximidad al 20% de aumento”, agregó.
ÁREA Y CLIMA. Las primeras estimaciones publicadas a fines de agosto indicaban la posibilidad del aumento del área entre un 7,5 y un 10% dependiendo de quién realizara la estimación. Para Maizar (cuyo dato ha , tal vez los más optimistas, se podría hablar de un crecimiento del área de hasta el 10%, impulsado esto por distintos factores entre ellos el precio del cereal, la buena relación insumo producto y las perspectivas climáticas que permiten anticipar un
año neutro. Por otra parte, en momentos de cierre de esta edición sucede una corrida cambiaria y devaluación que seguramente tendrá injerencia en la decisión de siembra de los productores.
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