Cada dos años, la ciudad alemana de Colonia, famosa por el Kölner Dom, se transforma por unos días en la “Catedral del bife”, un centro de negocios internacional al que asiste masivamente la industria frigorífica para ofrecer sus productos en un predio descomunal a las orillas del Río Rin.
“Esta vez nos acompañan 27 empresas y tuvimos que ajustar al máximo el espacio gracias a la reactivación de las exportaciones que estamos teniendo; el año próximo vamos por una presencia mayor porque la carne argentina está recuperando el lugar internacional que perdió en la última década”, aseguró Ulises Forte, Presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), quien recibió a autoridades y personalidades del mundo de la industria en el Pabellón Argentine Beef, especialmente desarrollado sobre más de 700 metros cuadrados con un restaurante donde se degusta bife angosto y bife ancho a la parrilla.
“Es una feria muy importante para la industria”, añadió por su parte Mario Ravettino, Vicepresidente del IPCVA y Presidente del Consorcio de Exportadores ABC, “porque permite fidelizar clientes, encontrarse con amigos importadores y generar nuevos negocios, no solamente en Europa sino también en China, Rusia, Israel o los países árabes”.
En Anuga se dan cita los importadores alemanes -los mayores compradores y distribuidores en la carne argentina en el viejo continente-, pero los chinos no se quedan a la saga y, ante la escasez de animales pesados, los industriales aseguran que por ahora “la vaca le sigue ganando al novillo”.
“Hay que tener paciencia”, dijo, por su parte, Rodrigo Troncoso, Subsecretario de Ganadería del Ministerio de Agroindustria de la Nación, “venimos de muchos años en los que no hubo incentivos para la producción, ahora lo importante es hacer las cosas prolijamente, con pasos firmes, sabiendo hacia dónde vamos y apuntalando la tracción de los mercados internacionales con el ordenamiento de la cadena de ganados y carnes, con simplificación de trámites y transparencia.”.
En cuanto a los valores, el “rump & loin” enfriado orilló los 14.700 dólares, según comentó Revettino: “unos días antes de estos eventos internacionales siempre baja un poco el precio –que estaba en unos 15.000- y los compradores terminan de negociar acá, cara a cara”.
No es un mal precio en términos históricos, aunque los empresarios aseguran que a ese valor “no le sobra nada”, pese al reintegro del 5,8% establecido recientemente por el Gobierno Nacional que alivió en parte el atraso cambiario.
“Estamos muy contentos con esta nueva etapa en la que podemos salir al mundo sin restricciones”, agregó Ravettino, “y esperamos ansiosos la reforma tributaria que anunció el gobierno para que la cadena productiva y exportadora se pueda expresar en todo su potencial”.
“Por otra parte, la apertura de nuevos mercados y el combate a la informalidad que está dando el gobierno son otros aspectos muy positivos para recuperar rentabilidad y recomponer las exportaciones”, concluyó Ravettino con marcado optimismo.
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