Por la casa de Marcolina Díaz iban y venían hombres y mujeres, muy atareados. Todos trabajan con un mismo objetivo: construir un aljibe de ferrocemento para su propia comunidad, en el paraje santafesino Km 320, cercano a la ciudad de Garabato.
“Es una necesidad para el pueblo”, dijo la dueña de casa, “hay varios vecinos que necesitan este tipo de aljibe”. Hasta ahora, los Díaz recolectaban agua en tachos de 200 litros mediante una canaleta, pero no lograban mantener una buena higiene. Además, la capacidad de almacenamiento resultaba insuficiente. “Para mí es un orgullo tener hoy el aljibe en mi casa, hay veces que quedamos 15 o 20 días sin agua”, agregó la productora, quien explicó que la comuna de Garabato también colabora y les lleva agua. “Cuando la seca es grande, hasta para los animales no alcanza”, contrastó Díaz.
En ese contexto, técnicos del INTA Reconquista –Santa Fe– y la Secretaría de Agricultura Familiar de esa provincia, organizaron una capacitación y asistieron a la comunidad para construir un aljibe de ferrocemento, de 16 mil litros de capacidad para almacenar agua de lluvia, mediante un sistema de captación por canaletas y filtrado. Se trata de una tecnología apropiable y de bajo costo, de gran utilidad y apta para la autoconstrucción.
“Estamos resolviendo el acceso a agua segura en esta zona de Santa Fe, ya que si bien se cuenta con agua subterránea, no es apta por su salinidad y por presencia de arsénico”, dijo Fernando Brandalise, técnico de la agencia de extensión rural del INTA en Garabato. De acuerdo con el técnico, el norte santafesino cuenta con “problemas graves de infraestructura y baja densidad poblacional”, por lo cual los profesionales del INTA trabajan con el objetivo de “generar institucionalidad en la zona y resolver cuestiones de mejor calidad de vida para mantener el arraigo”. En esa línea, Brandalise agregó: “Una de esas cuestiones es el agua. De ahí derivamos las cuestiones productivas”.
La iniciativa contó con la participación de la Escuela de la Familia Agrícola de Km 320, un establecimiento de alternancia que contribuye con el desarrollo y la participación de las familias. A su vez, señaló Brandalise, el proyecto se desarrollará en otros parajes y comunidades de la zona. “Acá van a hacer alrededor de 10 aljibes. Son alrededor de ocho o nueve parajes, de 15 o 20 familias cada uno”, detalló.
“La comunidad de la zona tiene la dificultad de contar con agua para consumo humano durante todo el año”, explicó Hernán Pietronave, del INTA Reconquista. “Por eso se está haciendo esta capacitación”, agregó Pietronave, “porque se van a construir algunos aljibes más, entonces la idea es articular y que la gente se vaya capacitando para poder construir las cisternas”. Al respecto, el técnico expresó que, si bien lo fundamental es que las familias puedan contar con agua para consumo, la capacitación es también un aspecto central.
“Construir un aljibe lleva todo un proceso y la idea es que la gente se forme y que ellos mismos puedan ir replicando con sus vecinos para seguir avanzando en la construcción”, dijo Pietronave, para quien “el problema del agua es integral y la solución también es integral”.
Fuente: INTA
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