El encuentro fue organizado por la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA) y el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Las actividades estuvieron centradas en la capacitación y en el desarrollo de herramientas de prevención para cuidar el estatus sanitario de la Argentina, con paneles dictados por las autoridades sanitarias y por profesionales de prestigio internacional invitados especialmente para las jornadas.
Por su parte el presidente de CAPIA, Javier Prida, sostuvo que «fue clave contar con el acompañamiento del Senasa y con el compromiso pleno de las empresas del sector, ya que la capacitación y actualización de nuestros profesionales es lo que permitirá cuidar nuestro estatus sanitario y darle mayor valor agregado a toda la cadena avícola en su conjunto».
Espinoza, una de las panelistas destacadas, detalló el plan de contingencia del Senasa, convocó a los actores de la cadena avícola argentina a prepararse ante esta situación a nivel mundial, y remarcó la necesidad de que el productor se comprometa en este aspecto.
Durante el seminario aseguro que “los factores que retardan y complican la erradicación, son la detección tardía, zona avícola de alta densidad de población, población avícola no industrial, factores ambientales, vientos y temperatura, imposibilidad para inmovilizar las aves o de controlar los movimientos, falta de recursos humanos y materiales, y de equipamiento para el sacrificio rápido, desconocimiento de la zona: lugares aptos para el enterramiento, destinos posibles de los cadáveres, rutas y caminos, retardo en las decisiones, situaciones no previstas y falta de coordinación y de comunicación entre el sector público y privado».
“El Senasa ante esta situación de alerta refuerza el control de importaciones, compra de equipos de sacrificio y capacitación para su uso, amplia la capacidad y red de laboratorios, y la del Programa de Vigilancia, acorde con la situación de riesgo” destacó la funcionaria.
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