Los productores de maíz esperan que un impulso de la demanda mantenga el interés por la cosecha local, al tiempo que la rentabilidad deja abierta la producción de maíz, signada por un valor futuro que ronda los u$s148.
Martín Fragío, de la Asociación de Maíz Argentino, reconoce que «los analistas proponen un crecimiento de 1.000.000 hectáreas sembradas para la próxima gruesa, cuya producción serviría para atender el incremento en la demanda que se verificará durante el 2017, en producciones vinculadas a la ganadería bovina, porcina y aviar, además de la molienda húmeda y etanol».
Según el directivo de Maizar, «los números para este cultivo son muy buenos. El mercado del maíz es el más rentable de la gruesa actual como de la futura. Además, con un planteo productivo de alto rendimiento pueden mejorar aún más los márgenes previstos».
En el sudeste cordobés, informes técnicos elaborados por la Fundación Mediterránea propone para el maíz, con los precios registrados en la última semana de julio, una rentabilidad del 15,4%. Esto alienta la siembra, cuando desde algunos sectores hablan de faltante de semilla, y se sigue con interés la situación que ofrecen mercados tales como los Estados Unidos, donde la USDA recortó del 76 al 74% la proporción de maíz en estado bueno a excelente.
También se observa lo que acontece en Brasil, donde se redujo a 42,6 millones de toneladas la cosecha de invierno por efecto de la sequía y las pérdidas que exhibieron regiones como Goias y Mato Grosso.
Desde la cadena maicera en la Argentina ya descuentan la posibilidad de abastecer el mercado del vecino país pese a la crisis que ofrece su economía.
Por su parte, el consultor agrícola Gustavo López manifestó que la negociación futura, aunque con tónica descendente, toca los u$s150 por tonelada, «con posibilidades que siga bajando sin aún haber avanzado con la siembra».
«Hay anunciada unos 3 millones de toneladas compradas: esto hace pensar más en un techo que en un piso», reconoció López en declaraciones radiales.
La eliminación de retenciones y la liberación de la comercialización estimuló la siembra, aunque también dejó expuesta a la Argentina en materia de precios a la tónica que ofrezca el mercado internacional, el cual actualmente se muestra endeble y desanimado.
FUENTE: DyN
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