Ya falta relativamente poco para que llegue la primavera. Y con esta estación, el aumento de temperatura y el mayor largo del día nos permite tener al aire libre cultivos que requieren calor para producir y que son sensibles a las heladas (se queman).
Los horticultores (y los consumidores también) ven con ansias la llegada de la primavera, porque los cultivos de verano (casi todos frutos) son muy codiciados, y como hace ya unos meses que no se cuenta con ellos, se los extrañan.
En esta época, y para adelantarnos a la llegada del calor, se puede acelerar la primer etapa de desarrollo de algunos cultivos que queremos tener como “primicias” (antes de la época ideal), en forma protegida del frío en lo que llamamos “almácigos”.
Los almácigos son lugares pequeños donde sembramos en forma más densa las semillas de nuestro cultivo. Como es un lugar más pequeño que el lote definitivo donde transcurrirá su desarrollo, nos permite controlar mejor nuestra siembra y cuidarla hasta que la semilla brotada se transforme en una plantita, que luego la llevaremos al lugar definitivo (esta labor se llama “transplante”). Allí se ubicará con el espacio adecuado entre plantas, para que se desarrolle y pueda ser cosechada. (Leé también Cómo se hace un almácigo).
Hay tres cultivos de verano que tardan bastante en formar esta plantita (“plantín”) que deberá ser transplantada en un lugar y en un momento en el que ya no haya peligro de heladas. Estos son el tomate, el pimiento y las berenjenas. El tomate es el más rápido; los otros dos son mucho más lentos con el frío. Estos plantines tardan, en estas épocas frías, entre 50 y 70 días en formarse.
No todos los cultivos de verano son tan lentos, por lo cual con algunos de ellos no hay que adelantarse tanto en realizar el “almácigo protegido” ya que después tendremos al plantín antes de poderlo pasar al lugar definitivo. Estos cultivos más rápidos son la albahaca, el pepino, las chauchas y los zapallos. También se pueden sembrar diractamente sin hacerlos en “almácigos”. Estos cultivos se hacen un poco más tarde, con mayor cercanía a la época libre de heladas.
Si me adelanté mucho, y aún hace frío y no puedo poner estos cultivos al aire libre, los tendré que resguardar con alguna protección temporaria (barracas protegidas, túneles bajos) o tratar de contar con un invernadero para que se encuentren a salvo y no se quemen.
FUENTE: Mariana del Pino de MAPO, exclusivo para Sabe la Tierra.
Gracias por la explicación didáctica, simple y muy útil para personas mayores que encontramos en la huerta nuestra terapia.