El concepto de bienestar animal (BA) no es nuevo. Sobre su real aplicación en la producción pecuaria argentina, SuperCAMPO consultó al médico veterinario Leopoldo Estol, magister en Salud Pública, especialista en la materia, diplomado por el Consejo Profesional de Médicos Veterinarios de la Argentina y uno de los mayores referentes del tema en el país y la región.

SuperCAMPO: ¿ Hasta qué punto está arraigado en el país el bienestar animal?

Leopoldo Estol: Parafraseando a Marcos Giménez Zapiola, podría decir que el tema no forma parte de la agenda del ganadero argentino, pese a que el desinterés por respetar el BA le genera costos que no por invisibles dejan de ser importantes. Pareciera que el productor se siente conforme con el maltrato a sus propios animales y que lo considera algo inevitable.

Si el ganadero quiere dejar de perder plata -no la que debe pagar por impuestos, sino la que tira a la basura sin disfrutarla y habiéndose esforzado en obtenerla-, tiene que tomar conciencia que no puede dejar de lado el BA.

SC: ¿Qué debería hacerse para concientizarlo en esa dirección?

LE: En principio, el Estado debe tener un rol director en la mano de especialistas calificados, como ocurre en los países líderes de la región: Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, México y Paraguay.

SC: ¿Y qué se ha hecho en la Argentina desde el sector oficial?

LE: En 2007, el Senasa estableció unas líneas de acción para aplicar el BA en el país, que comparto plenamente. Allí se hablaba de: relevar instalaciones y vehículos de transporte, determinar pérdidas económicas, difundir prácticas de BA que impulsen el crecimiento de toda la cadena de valor ganadera, continuar con la capacitación de veterinarios oficiales, paratécnicos y ayudantes, y capacitar productores y transportistas, con participación el sector privado.

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