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05/11/2015

Muermo: enemigo mortal

La bacteria que provoca esta enfermead puede transmitirse a otras especies y a los seres humanos. Por Jorge Genoud, Médico Veterinario.

El muermo es una antigua enfermedad infecciosa y a la vez contagiosa, producida por una bacteria que origina serias consecuencias en los animales afectados. Está acompañada por un pronóstico desfavorable y en muchas ocasiones causa la muerte de los animales que la padecen.

En la República Argentina, según declaraciones del Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa), está considerada como país libre de muermo. Pero recientemente se conoció que 27 animales argentinos exportados a Chile dieron positivo a la prueba de fijación de complemento utilizada para el diagnóstico de esta enfermedad y realizada en el laboratorio oficial del país vecino.

La especie equina en general (caballos, burros y mulas) es la más afectada por esta enfermedad; en ella desarrolla un curso variable que va desde agudo a crónico y transcurre con diferentes formas, como nasal, muscular y cutánea- El enfermo puede ser afectado por una o varias de sus presentaciones. No existen vacunas para prevenir su presencia.

Hay otros animales que son considerados como susceptibles para padecerla, como los camélidos, felinos salvajes, lobos y perros (en este caso, la infección se desarrolla cuando come carne de un animal infectado). Los bovinos, cerdos y aves son resistentes a contraer esta enfermedad.

Transmisión

Además de su trascendencia por las diversas especies sensibles que aqueja, reviste también suma importancia por tratarse de una enfermedad zoonótica, es decir que se transmite de los animales afectados al hombre. Los más expuestos son quienes tienen un contacto directo con animales afectados o diferentes elementos contaminados con secreciones, así como las personas que trabajan en los laboratorios para realizar su diagnóstico.

El microorganismo produce el muermo es la bacteria Burkholderia Mallei que, afortunadamente, al encontrarse fuera del cuerpo animal es sensible a la luz solar, al calor o ciertos desinfectantes. Es posible que en estas condiciones no sobreviva mucho tiempo, aunque los ambientes húmedos y aquellos dotados de alto contenido de agua favorecen reproducción y permanencia en forma activa por mayor tiempo.

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