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13/10/2015

Semilla de soja blindada contra las plagas

Luego de cuatro años de trabajo, Dupont lanzó su primera curasemilla y se abrió a un nuevo segmento del mercado. Consejos para el trabajo de los productores. Por M. L. Rodríguez.
CONTROL. Gustavo Parodi, gerente de Insecticidas y Tratamiento de Semillas de la compañía.

“Cada semilla se ha convertido en una fábrica con múltiples atributos a la que cada vez debemos cuidar más, por eso con este desarrollo logramos blindarla y ofrecerle al productor una ventana de oportunidad en las primeras semanas del cultivo de soja”, anunció Gustavo Parodi, gerente de Insecticidas y Tratamiento de Semillas durante el lanzamiento oficial de Lumivia RA en Iguazú, frente a más de cien productores y asesores del NOA. La región no es casual. Aquí, el picudo negro y la isoca bolillera se convierten en enemigos dañinos para la soja durante esas primeras semanas. Se estima que, por los daños de estas plagas, puede caer tanto el rinde que en el caso del picudo, incluso, si no se trata con cursaemilla directamente puede perderse todo.

Así, en el NOA, a medida que avanza con la siembra el productor debe realizar simultáneamente el monitoreo de los lotes ya plantados y definir aplicaciones cuando la planta no tiene masa foliar suficiente para captar la pulverización. Y aquí es donde la nueva molécula viene a solucionar algunos dolores de cabeza. Agronómicamente, el producto combina la protección contra picudos (rizomatus) y lepidópteros de aparición temprana (bolillera), entre 14 y 21 días después de sembrado el grano.

“Esta nueva molécula conjuga dos aspectos como potencia para controlar los insectos con la seguridad que les otorga a las personas que realizan las aplicaciones y al medio ambiente por su bajo nivel de fitotoxicidad”, explicó Jorge Morre a PERFIL, gerente de Desarrollo de Productos de la firma.

Entre las ventajas comparativas de Lumivia, agregó: “Es prácticamente no tóxico para las aves, no tiene impacto en los microorganismos del suelo y no tiene resistencia cruzada con la proteína Bt de los cultivos genéticamente modificados, por eso es una gran herramienta complementaria para evitar resistencias”.

Una ventaja no menos destacable es que se usa menos de un tercio de producto por hectárea versus otras alternativas, lo que implica menos logística, menos manipulación y menos costo de transporte. Guillermo Fucci, director de Marketing para el Cono Sur, lo graficó en un ejemplo a campo: “En 25 mil hectáreas, estas diferencias significan 3.500 litros menos de producto a aplicar, 280 kilos menos de plástico de los envases y menos costo de flete”.

Respecto de lo que motivó a la empresa a entrar en este nuevo negocio, Fucci indicó que si bien hoy en el mundo “sólo el 8% del mercado de agroquímicos pertenece a los curasemillas y en la Argentina es apenas el 4%, creemos que en los próximos cinco años se va a duplicar este mercado porque está en proceso la biotecnología de tercera generación, por la cual se les confiere a los cultivos diferentes tipos de tolerancia abiótica (estrés hídrico, térmico, etc.), con lo que cada vez será más necesario proteger a las semillas desde el arranque”.

El manejo de la agricultura se perfecciona, los paradigmas cambian, pero dar el primer paso muchas veces suele hacer la diferencia al final del cultivo.

Nota aparecida en Diario PERFIL del sábado 10 de octubre. Para suscribirse, haga click acá.

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