El Dr. Dirceu Gassen, en el taller.

En el marco del XI Encuentro Nacional de Monitoreo de Plagas, Malezas y Enfermedades, auspiciado por SuperCAMPO, el investigador brasileño Dr. Dirceu Gassen llevó adelante un taller denominado «Problemática del manejo de plagas en el futuro cercano», donde expuso cuáles son los principales puntos a tener en cuenta en el manejo de plagas y enfermedades en cultivos de maíz y soja.

Gassen expuso puntos que generaron un cambio en el paradigma del pensamiento relacionado con el manejo de los cultivos, y puso el foco en lo que para él es el mayor problema de la agricultura, que está relacionado con la transferencia de tecnología de parte de los agrónomos hacia los productores. Esta limitante tiene consecuencias directas sobre el manejo de plagas, enfermedades y malezas que terminan generando resistencias por parte de éstas a los manejos tradicionales aplicados por el productor.

En este sentido, Gassen manifestó que no es posible tomar decisiones acertadas si no hay conocimiento de los factores fundamentales que hacen al rendimiento de los cultivos, como es el Índice de Área Foliar de un cultivo de soja o maíz, cómo evoluciona a lo largo del tiempo en los diferentes estadíos y si en función de ello es o no necesario realizar tratamientos de control a plagas o enfermedades en determinado momento. Es por eso que el profesional manifestó que solo puede ser bueno un profesional que toma datos en forma permanente, los dimensiona en función de todos los factores que pueden afectar el potencial de rendimiento de un cultivo y a partir de ahí entiende mejor lo que hace y lo puede transmitir con datos fidedignos.

Entre los conceptos que dejó la disertación del destacado profesional, se pueden resumir los siguientes puntos:

– La rotación de cultivos de soja RR2Bt seguidos de maíces RR2Bt implican una NO ROTACIÓN para control de plagas y malezas. Esto es en definitiva la mejor forma de generar resistencias ya que quedan vivas poblaciones pequeñas que luego tienen explosiones de crecimiento. Por esto se debe tener en cuenta no sólo la rotación de cultivos sino también el tipo de plagas y malezas que se pueden controlar.

– Las reservas de biosfera en función del ambiente donde se desarrollan los cultivos son fundamentales para lograr refugios que aseguren la variabilidad genética necesaria para evitar la aparición de resistencias. Esto es de suma importancia para el futuro productivo de América del Sur.

– Hay que trabajar en conjunto plagas, malezas, enfermedades y fertilidad de los lotes, ya que no pueden seguir siendo manejadas en forma aislada dado que existen fuertes interacciones de unas a otras.

– El proceso de medir, dimensionar y entender nos permite dirigir las acciones de control en forma certera, dándonos esto el real nivel de daño económico que una plaga puede ocasionar al cultivo.

– Los insecticidas, fungicidas y herbicidas son elementos de PROTECCION del potencial productivo de un cultivo, el que se define al momento de siembra del mismo. Dado esto es imposible lograr un potencial alto con siembras de mala calidad, tanto en semillas como en velocidad de siembra. Esto es importante en soja y fundamental en maíz, ya que a partir de aquí se pueden obtener Índices de Área Foliar uniformes para todo el cultivo y así poder maximizar los rendimientos, usando los insumos para protegerlo y no para potenciarlo ya que la lógica del control de plagas y enfermedades va de acuerdo al área foliar del cultivo.

– Se debe tener real medida del daño que provocan las larvas de lepidópteros en función de su número y estado larval, de forma tal de poder especular con controles biológicos antes de determinar tratamientos químicos que pueden ser generadores de resistencias. En esto se debe eliminar el concepto preventivo del control de plagas ya que su eficacia es lo más cercana a cero que podamos imaginar. Diferente es el caso de enfermedades, donde la prevención puede jugar un papel fundamental dependiendo del tipo de patógeno a controlar.

Finalmente, el Dr. Gassen cerró su taller comentando que la innovación es hacer lo obvio bien hecho y que, para lograr esto, se debe tener en cuenta que estamos desarrollando un nuevo camino en la ciencia agropecuaria, donde los conocimientos del pasado dejaron de tener relevancia, tanto por principios activos prohibidos como por la generación de resistencias. Esto implica una nueva forma de pensar las soluciones necesarias para proteger el rendimiento potencial de un cultivo de forma eficiente.