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Agricultura

12/09/2014

«Las retenciones desestimulan el agregado de valor en origen»

Expertos que disertaron en el X Congreso Nacional de Maíz señalaron que la variedad flint de este cereal es una de las más afectadas.

Los más de 600 concurrentes al X Congreso Nacional de Maíz, organizado por la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Buenos Aires (Aianba) y que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario, dejaron en claro que esta gramínea sigue siendo «el» cultivo de trascendencia en la rotación. En el encuentro se abordaron aspectos referidos a la innovación tecnológica, el manejo de malezas, la agricultura por ambiente, las siembras tardías y los nuevos materiales con tolerancia al estrés hídrico, entre otros.

El presidente de Aianba, José Mutti, destacó la importancia de esta nueva edición del Congreso, cuya realización coincidió con los 50 años de la entidad. El directivo celebró el gran interés de los asistentes, a pesar de las dificultades que atraviesa el cultivo. “Los resultados son muy buenos por el momento que estamos viviendo en el que vemos a un maíz con precios en baja y serios problemas en la rentabilidad futura. Para nosotros es destacable el nivel de temas abordados y la calidad de los especialistas que pusieron de manifiesto lo que se viene”, comentó.

Respecto a las ponencias que apuntaron al avance tecnológico del maíz, Mutti dijo que se habla básicamente de aumentar los rindes, sin embargo uno de los temas que se presentaron hizo foco en la necesidad de disminuir la brecha de rendimientos, dado que el potencial que tiene un híbrido hoy se ubica entre los 11 o 12 mil kilos/hectárea, pero lo que realmente cosecha el productor se ubica entre los 7 u 8 mil kilos por hectárea.

“Esa brecha de 4 a 5 mil kilos de diferencia es sobre la que tenemos que trabajar día a día para achicarla con mejoramiento, manejo de cultivos, elección de híbridos y variedades, además de fechas de siembra, porque no hay tierra suficiente para cultivar si necesitamos alimentar a los 9 mil millones de habitantes que seremos en el mundo para el 2050. Si queremos hacerlo deberemos trabajar con sustentabilidad y con las rotaciones que correspondan”, recomendó el presidente de Aianba.

En cuanto a las propuestas hechas en el Congreso y la forma de que lleguen a los productores, Mutti consideró que para lograr esos fines “es necesario que los ingenieros y asesores participen en esta clase de eventos para informarse y capacitarse, de modo de poder transmitir a su vez ese conocimiento al agricultor”.

En la tercera jornada del congreso se abordó la temática de los maíces con calidad diferenciada. El médico veterinario Fernando Rivara, representante de la Cámara de Molienda Seca de Maíz, puso el enfoque en el maíz flint o colorado, que ofrece un plus de calidad para el desafío exportador de la molienda seca. Hoy en el país hay unos 70 molinos que procesan 40 mil toneladas anuales de este grano.

“El flint representa la mejor opción cuando necesitamos proveer a las fábricas de corn flakes, pastas y cervezas, que son los consumidores de nuestros productos elaborados, especialmente harinas, sémolas y trozos gruesos. El endoesperma vítreo de estos maíces nos permite alcanzar los patrones de calidad que exigen los elaboradores de alimentos para consumo humano”, apuntó, al tiempo que agregó: «La Argentina es el único país proveedor de este tipo de maíz, debido a las características agroclimáticas de su suelo y clima. Casi en su totalidad, esta variedad es libre de modificaciones genéticas.

En lo que a mercados se refiere, el médico veterinario contó que «el sector exportador argentino abastece a varios molinos del exterior, principalmente los europeos, con un volumen que oscila entre las 40 mil y las 270 mil toneladas anuales».

Rivara lamentó que los rindes de estos maíces se ubiquen entre un 15 y un 30% por debajo de las variedades transgénicas, lo que lleva a que «las bonificaciones otorgadas a estos granos, que oscilan entre los u$s25 y los u$S40, sólo alcancen para compensar aquellas diferencias en kilos».

Por otra parte, indicó que en la medida que aumenta la industrialización del maíz flint aumenta el monto nominal de retenciones que cobra el Estado Nacional, desestimulando de esta forma el agregado de valor en origen. Como ejemplo citó que una tonelada de maíz flint en grano paga un derecho de exportación de u$s35 dólares por tonelada, pero si se exportara harina de maíz envasada en paquetes de medio kilogramo, dicha retención sería de u$s115.

En tanto, el ex agregado agrícola en la Unión Europea y actual consultor privado, Gustavo Idígoras, disertó sobre los desafíos de los mercados diferenciales de maíz y las oportunidades que representan para la Argentina.

Idígoras recordó que en la última década se observó “una leve modificación en la estructura de la demanda mundial, porque el maíz destinado al consumo alimentario e industrial pasó de un 30% en 2000/2001 al 41% en 2011, con una pérdida relativa equivalente en la utilización del maíz destinado a la alimentación animal”. Para el consultor, el principal factor de este cambio de composición tuvo que ver con el crecimiento de la demanda de las industrias de etanol en los Estados Unidos, que dieron un vuelco radical a la demanda de maíz tal como era a principios de 2000.

12 de septiembre de 2014

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