Las altas temperaturas, inusuales en el verano austral, llevaron al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) a informar a los productores ganaderos cómo proteger a los animales del calor.

En condiciones de estrés calórico, los ejemplares de producción disminuyen la capacidad de regulación de su temperatura corporal, lo cual deviene en una reducción voluntaria en la ingesta de alimentos y la consecuente caída en la producción y/o aptitud reproductiva.

Es por ello que el Senasa recomendó, para minimizar el impacto de las altas temperaturas:

– Permitir durante todo el día el acceso libre de agua apta para el consumo animal.

– Facilitar espacios de reparo naturales y/o artificiales para que los animales puedan mantenerse a la sombra en momentos de mucho sol.

– Realizar los arreos en las horas de baja exposición al sol: temprano a la mañana o al finalizar la tarde.

– De ser necesario el transporte de animales, es importante que se realice en las horas más benignas. En el pre-embarque, los ejemplares deben contar con suficiente agua para beber.

El calor es un factor que atenta contra la productividad de los animales. Es por ello que debe minimizarse su impacto.

Ante cualquier consulta, desde el Senasa alientan a comunicarse vía correo electrónico a [email protected].