El pasado jueves, representantes de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), junto con integrantes de otras economías regionales, participaron de una reunión con el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Norberto Yauhar, en la que expusieron la complicada situación que viven los pequeños y medianos productores por la baja competitividad.

“Fuimos a exponerle al ministro la realidad de las economías regionales y a pedirle medidas para solucionar los problemas de nuestros productores, que hoy están muy comprometidos. Necesitamos que el gobierno nacional nos escuche y reaccione”, expresó Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi y vicepresidente de Coninagro, tras el encuentro.

Tal como indicó Acovi en una nota presentada a Yauhar, “la base del planteo es la pérdida de competitividad que ha ido teniendo paulatinamente  toda la cadena vitivinícola, y que se acentúa  en la producción primaria, fundamentalmente en los pequeños productores vitivinícolas”.

“En función de ello solicitamos eliminar las retenciones a las  exportaciones al sector vitivinícola, eliminar el pago anticipado de los derechos de exportación y reducir los tiempos para el recupero del IVA”, señala el escrito.

Y continúa: “Suponiendo una demora de un año en el recupero del IVA, la pérdida anual promedio por la demora solamente es de 4,4 millones de litros (3,2 millones de litros de vino y 1,2 millones de litros de mosto) que se traduce en 10,2 millones de dólares. Se propone, por lo tanto, reducir los tiempos y que los mismos se adecuen a lo establecido en la reglamentación pertinente. Sin embargo, existen pérdidas asociadas a la demora del recupero del IVA cuando este se efectúa en dinero en efectivo para los exportadores, en detrimento de la competitividad del sector”.

La entidad representante de las cooperativas vitivinícolas también propuso algunas medidas para generar estímulos positivos al sector.

Entre ellas, se encuentran un aumento de los reintegros en un 20%; la eliminación de las barreras administrativas para que éstos puedan efectuarse en forma automática y se eviten las demoras en los tiempos de pago, para cumplir realmente con su rol de “estímulo a las exportaciones”; una política comercial más agresiva que incluya convenios bilaterales para lograr beneficios en términos de aranceles, nuevos mercados y desaparición de barreras comerciales; y un alivio en la carga asociada al despacho de vino y mosto para equiparar los costos por este concepto con los competidores más cercanos, a partir de un subsidios del orden de u$s0,10 por litro exportado.

El sector exportador vitivinícola pierde más de 6 millones de dólares por año por una demora promedio de 12 meses en el reembolso de reintegros. Esto es equivalente a casi 2,5 millones de litros de vino y mosto. Estas pérdidas sólo se deben a la demora en el pago de reintegros, por lo que constituye un costo adicional que no es usualmente tenido en cuenta.

En el caso del transporte, hoy los fletes tienen un impacto en los costos a través de dos variables: en primer lugar, el tipo de cambio nominal y, en segundo lugar, la localización geográfica. Dada la distancia entre Mendoza y los puertos marítimos, el costo flete es una variable relevante. Al igual que en el resto de los sectores de Mendoza, el costo del tramo Mendoza-Buenos Aires terrestre es mayor que el costo del flete marítimo que une Buenos Aires-Europa, Buenos Aires-Estados Unidos, Buenos Aires-Sudáfrica.