Aún con todos los altibajos que tuvo la producción agropecuaria argentina en la historia, el proceso de modernización en el que ingresó en los últimos 20 años, tanto en tecnología de manejo -siembra directa- como en incorporación de maquinaria agrícola no ha cesado. Se refleja en el crecimiento de los volúmenes de cosecha, como viene ocurriendo los años climáticos “normales”, y en la consolidación del uso de implementos electrónicos de agricultura de precisión (AP), que se basa principalmente en la información satelital para aplicar la cantidad correcta de insumos en el momento adecuado y en el lugar exacto.
La gran parte de los “chiches” de la AP dejaron ya de ser “opcionales” en las ofertas de las empresas para estar incorporados como elementos estándar, como es el caso del banderillero satelital que se encuentra instalado en el 95% de las pulverizadoras del mercado y cubriendo el 99% de la superficie cultivable argentina. La tecnología de agricultura de precisión se estima que comenzó en el país en 1996, cuando el primer monitor de rendimiento y la primera sembradora inteligente se pusieron en funcionamiento en la Estación Experimental Agropecuaria INTA Manfredi.
Sustitución. Un trabajo de la Unidad Ejecutora Proyecto Agricultura de Precisión y Máquinas Precisas (Precop) de esa dependencia, elaborado por los ingenieros agrónomos Mario Bragachini, Andrés Méndez y Juan Pablo Vélez, relevó el incremento en el uso de los implementos de AP entre los productores y contratistas, y también registró el crecimiento de la “fabricación nacional” en los siguientes implementos:
Controladores de siembra: Son instrumentos que informan la dosificación de semillas y fertilizantes. Permiten conocer la velocidad de avance, capacidad de trabajo, densidad de siembra y semillas por metro de surco, detectan anomalías en la entrega de semillas, dosificaciones menores o mayores al objetivo, o cuerpos obturados que no entregan semillas. En 2011 se contabilizaron 15.105 controladores trabajando en el campo, alcanzando una cobertura del 59% de la superficie cultivable. El 100% son industria argentina.
Monitor de rendimiento: Recoge información y calcula el rinde basándose en la localización de cada parcela, vía los sistemas de posicionamiento global (GPS). “Trabajan” en la Argentina 8.415 monitores con mapeo, de los cuales el 30% fueron desarrollados y fabricados por marcas nacionales. Los equipos alcanzan para monitorear el rinde del 66 % de la superficie cultivable.
Piloto automático: Posibilita guiar a la maquinaria de manera automática sobre una trayectoria de trabajo predeterminada, a través del accionamiento del sistema de dirección en donde el operador solo realiza las maniobras de cabecera. Hoy funcionan 2.710 unidades. Los fabricantes argentinos cubren el 10% de la demanda de esta compleja tecnología.
Aplicación variable de insumos: Pueden ser de tipo hidráulico, mecánico o eléctrico y permiten sembrar o pulverizar diferentes cantidades en la misma pasada.El incremento en la adopción de esta tecnología -que todavía está en las primeras etapas- “fue exponencial”: sumando a la aplicación variable sólida y líquida totalizaron 2.800 unidades en 2011. Desde el Precop se enumeraron otras herramientas que ya están en etapa de comercialización y que serán “cada vez más protagonistas en la toma de decisiones”. Son principalmente herramientas que sirven para realizar diagnósticos, como la rastra de conductividad eléctrica -que mapea la variabilidad del suelo-, las fotografías aéreas y satelitales, los sensores en tiempo real -que mapean la condición en la que se encuentra el cultivo-, como los sensores de índice verde.
Comunicación. Hoy no solo es posible visualizar en un monitor de computadora lo que ocurre en el campo, sino que también se puede comandar a los equipos a través de internet y del teléfono celular. Con un simple mensaje de texto se pueden realizar importantes operaciones como activar un equipo de riego; y desde una computadora conectada a internet es posible tener acceso a los mapas de rinde, a los mapas de aplicación y siembra en tiempo real.
Otro punto son los softwares, que tienen la capacidad de localizar información geográfica y construir una base de datos detallada de los recursos, las actividades del campo, las observaciones, los insumos y la producción. El software es la base del manejo por ambiente. La capacidad de crear registros que definen la variabilidad dentro del campo crea la oportunidad de variar el manejo agronómico para adaptarse mejor a las necesidades del campo. La economía también puede ser refinada a una menor escala para evaluar el impacto en la eficiencia y la rentabilidad.
Los softwares SIG (Sistema de Información Geográfica) evolucionaron notablemente en los últimos 15 años, mejorando el poder y características para facilitar el uso. En consecuencia, el usuario tiene la posibilidad de integrar las diferentes capas de datos de manera más eficiente utilizando bases de datos de recursos, tales como estudios digitales, tales como estudios digitales de suelos y la información del clima, los cuales a su vez ayudan a interpretar la variabilidad de otras capas de datos.
Futuro cercano. Considerando todo lo anterior y sumando las tendencias y el constante avance de las herramientas de Agricultura de Precisión y la industria del software se puede prever que en los próximos años sería posible manejar el negocio agropecuario desde cualquier dispositivo (notebook, celular, tablet, etc) controlando en tiempo real las actividades cotidianas de la producción agrícola y ganadera, e inclusive la industria. Conectados a internet los usuarios (productores, asesores, industriales, consumidores de productos específicos y acopiadores, entre otros) podrán contar con información detallada de cada establecimiento y controlar a distancia acciones que van a influir directamente a una mejora en el manejo de la actividad.
De la misma manera que hoy se está desarrollando para la producción primaria, también existen desarrollos destinados al almacenaje y a la industrialización de los granos. Aun acopiador le interesa poder recibir granos con calidad conocida para poder diferenciar su almacenaje y tener una oferta diferenciada para la industrialización de esos granos.
En el caso de los industriales, es muy importante conocer la calidad de la materia prima que se va a procesar, como así también contar en tiempo real y a distancia, con información de todos los procesos industriales, pudiendo corregir cualquier deficiencia en los procesos que vayan a influir en el producto final.
Publicada en el Nro. 210 de marzo de 2012.
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