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Economía y mercados

23/12/2018

Patagonia: Sumar eficiencia con el manejo

En Patagonia norte, un emprendimiento familiar produce más de 800 kilos de carne/hectárea/año. La actividad se diversifica con servicios para terceros.
El porcentaje de preñez se ubica en el 94% y la parición en el 92%. Las vaquillonas se inseminan en IATF. Las vacas con servicio natural.

Lograr una producción de 826 kilos de carne por hectárea es un volumen que más de un ganadero de la pampa húmeda quisiera alcanzar. Este es el resultado de casi dos décadas dedicadas a la ganadería en el establecimiento San Pedro, ubicado en el kilómetros 985,5 de la Ruta Nacional 3, al norte de la ciudad de Viedma, capital de Río Negro.

La experiencia la lleva adelante Pedro Guerove, junto a su esposa y sus tres hijos, en un predio de 63 hectáreas bajo riego en el Valle Inferior del Río Negro, de las cuales54 son ganaderas. Uno de sus hijos tiene 100 ovejas. Las responsabilidades en el manejo de la producción se distribuyen en toda la familia. Uno de sus hijos, Pedro, está a cargo de las maquinarias y además coordina la parte de
servicios de siembra, pulverización y confección de rollos. Este es el caso patagónico que el IPCVA eligió para organizar una visita a campo. Las dos hijas, Guadalupe (veterinaria) y Sol (licenciada en nutrición animal), se encargan del rodeo. La esposa de Guerove dirige laparte administrativa y Pedro, de profesión ingeniero agrónomo, es el responsable de la parte técnica y el riego.

GANADERÍA. La historia del establecimiento se inició en 1981 “porque yo soñaba con tener mi propia tierra. El IDEVI (Instituto de Desarrollo del Valle Inferior) convocó a colonos y así accedimos a estas tierras a pagar en 12 años, previo presentación de un proyecto”, comenta el productor a Super CAMPO.

Mientras desarrollaba la actividad frutihortícola, Guerove compraba terneros y luego los engordaba para venderlos como novillos. En 2001, cuando apareció el brote de aftosa decidieron “trabajar con inseminación a tipo fijo (IATF) y comenzamos con la cría para tener nuestros propios terneros y tratar de llegar algún día al ciclo completo”, recuerda el productor.

Hoy el rodeo está formado por 176 vientres de la raza Aberdeen Angus, colorado y cuatro o cinco toros. “Aunque aún nos quedan algunas vacas negras, fuimos reemplazando negros por colorados, porque en esta zona, con el aumento de la humedad, la Mosca de los cuernos es muy agresiva”, agrega Guadalupe Guerobe, una de las responsable de la parte ganadera del establecimiento.

En cuanto al manejo ganadero, las vacas tienen un frame (escala de tamaño de ganado), de 4 a 5. La carga animal alcanza a casi 4 equivalente vaca/hectárea. Los potreros están divididos en parcelas de 1 hectárea, limitadas con alambre eléctrico. Las vacas se inseminan en servicio natural y a las vaquillonas de reposición se le practica la IATF a celo detectado, con una reposición del 25 al 30%.

La preñez se ubica en el 94% y la parición alcanza al 92%. La reposición de las vaquillonas oscila entre el 25 y el 30% anual. A las hembras, una vez recriadas con 400 kilos se les realiza la inseminación a tiempo fijo con un 56 por ciento de preñez, con toros probados en vaquillonas de bajo peso al nacer. Luego se hace un repaso con toros o con inseminación artificial.

“Las vaquillonas preñadas, confirmadas por tacto pasan al rodeo general hasta el momento del parto. Al recibir una dieta de calidad las variaciones de la condición corporal son muy pocas. En la época de parición, el rodeo se recorre dos o tres veces por día. Las vaquillonas, una vez paridas se sacan con sus terneros del rodeo y pasan a una alimentación diferencial para obtener el segundo servicio, que es estacionado entre octubre y diciembre”, amplía Guadalupe.

MANEJO. En el manejo del rodeo, el destete no está concentrado en un momento determinado del año, sino que está sujeto a la condición corporal de la madre, la disponibilidad de pasto en ese momento y el ternero al pie de madre. “Utilizamos destetadores nasales por una cuestión de disponibilidad de espacio, no podemos hacer una separación para manejar rodeos diferentes. El ternero, una vez destetado, se lo retiramos a la madre y comenzamos a suplementarlo o se vende, pero esto depende del destino que le queramos dar”, explica la joven profesional. “Realizamos un destete tradicional que alcanza a seis o siete meses. La vaca come muy bien, los toros son de bajo peso al nacer y los terneros al destete pesan alrededor de 240 a 250 kilos”, detalla.

Superado el período de destete, los terneros pasan a la recría que es intensiva y se extiende entre los 90 y los 100 días, porque a los animales les damos rollo con maíz y concentrado proteico al 20 por ciento para sacar novillitos con 350 a 360 kilos para el mercado interno y luego pasan a la etapa de engorde o se venden.

FORRAJE. El campo tiene un sistema de riego por inundación que cubre las tres parcelas de 20 hectáreas cada una. El riego se habilita a partir del 10 de agosto de cada año y se extiende hasta el 1 de mayo. Los sistemas de riego son por inundación de la parcela y se rota cada dos horas. En una de las chacras con 20 hectáreas, se sembraron 18 hectáreas con pasturas consociadas y 2 hectáreas de verdeos.

En los suelos buenos implantan alfalfa, trébol blanco, cebadilla, pasto ovillo y avena. Aunque en alguna ocasión se implantó rye grass perenne. En los suelos con problemas de estructura y permeabilidad usan festuca, trébol frutilla y lotus tenuis. Las pasturas están clasificadas en tipo uno 58%; tipo dos 11% y entre verdeos de verano y de invierno tienen desde el 4% al 8%; silaje de maíz de planta entera 11% y otro tanto de grano de maíz.

RESERVAS. Para el invierno se preparan con rollos.“Los hacemos como contratistas a porcentaje, entre 1.000 y 1.200 unidades grandes. A las tres chacras descriptas, el año pasado se le anexó una chacra más, alquilada para hacer grano”, dijeron. Los rendimientos logrados en los últimos años para los silos de planta entera pasaron de 50.000 kilos a 60.000 y 70.000 kilos en el año que más sacaron, con variedades de doble propósito. “En granos, pasamos de 10 toneladas a 12 y 13,5 toneladas”, detalla el productor.

ALIMENTACIÓN. La dieta de las vacas consisten en pastorear en forma pasturas de una hectárea delimitada por alambrado eléctrico, que se traslada diariamente y se complementan con silaje de maíz de planta entera y rollos a fines de otoño, invierno y comienzo de primavera. La parte de engorde formada por machos castrados y hembras de descarte, consumen rollo, granos de maíz, pasturas
o verdeos. Las hembras que serán los futuros vientres consumen pasturas o verdeos, rollos y granos de maíz. La utilización de los componentes dietarios varía según la época del año y su disponibilidad. También se les entrega a los animales concentrados proteicos, de acuerdo a la categoría en la que se encuentren.

Por Eduardo Bustos para Super CAMPO.

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