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Actualidad

02/01/2014

Citricultores, duros contra Urribarri

La Federación del Citrus de Entre Ríos difundió un fuerte documento en el que ataca las políticas oficiales orientadas al sector.

La Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier) difundió un duro documento en el que reclamó al Gobierno por promesas incumplidas y acusó de evasión a empresas de la zona.

El título del informe es “La citricultura entrerriana a la deriva: pronto nos quedaremos sin jugo”, y en él también exigió a la justicia federal de Paraná que apure el levantamiento de la cautelar que impide al Senasa aplicar la Resolución 930.

Fecier envió su duro documento a la agencia de noticias AIM Digital para su difusión. Allí arremetió contra el gobierno provincial, las empresas del rubro y la propia justicia.

Uno de los puntos centrales del texto apunta al gobernador entrerriano, Sergio Urribarri. Le cuestionó la reforma tributaria, a la que caratuló como “un regalo de Navidad”.

En tanto, también se quejó del incumplimiento de las promesas de ayuda para paliar los inconvenientes que trajeron aparejadas las inclemencias climáticas a los productores. “Hace más de un año, en la Asociación de Citricultores de Chajarí, luego de las heladas de junio de 2012, el gobernador Sergio Urribarri, con parte de su gabinete, informó que gestionaría ayuda para los productores, con líneas de créditos a bajo interés y que, si fuera necesario, la provincia se haría cargo de un porcentaje. Lamentablemente, esto no sucedió, aún con líneas disponibles en el Banco de la Nación, que fueron otorgadas a otras provincias. Si los créditos hubiesen llegado, la caída de la producción de este año no hubiese sido de la magnitud que fue, con perspectivas de agravarse aún más en 2014, lo que traerá aparejada pérdidas significativas en mano de obra”, indica el documento.

Asimismo, la federación criticó al ministro de la Producción, Roberto Schunk. Según afirma, las empresas grandes de la zona –Baggio, Puro Sol y El Carmen, entre otras- no ingresan “la tasa de retribución para la expedición y contralor de guías citrícolas, incumpliendo las resoluciones vigentes y  evadiendo por las rutas sin controles en nuestra provincia”. Esto ya habría sido informado al funcionario, pero los federados aseguran: “Aquí tampoco tuvimos resultados”.

En otro orden de cosas, Fecier reiteró su reclamo de energía eléctrica para la zona citrícola. “Los altos costos del gasoil impiden que los productores con riego instalado puedan utilizarlo. ¡Qué lejos estamos del compromiso asumido con la construcción de la represa de Salto Grande, de energía más barata que en el resto del país! A la vista queda en evidencia que grandes centros de población pagan la mitad de lo que abonamos nosotros. Si esto se lograra, aumentaría la capacidad de producción y la mano de obra empleada”, indicaron.

Incluso recordó en el documento que propuso una modificación del artículo 26 de la ley 24.674 de Impuestos Internos. “Buscamos que el proyecto se trate a la brevedad y se transforme en ley, ya que posibilitaría una reactivación de las industrias frutícolas de todo el país”, aseguró la federación, aunque señaló que “luego de innumerables gestiones, y de miles de kilómetros recorridos, porque Dios solo atiende en Buenos Aires, el proyecto se cajoneó. ¿Será posible alguna vez doblegar fuertes intereses económicos en favor de la salud de la población y el sustento de innumerables economías regionales? ¿Cuándo será el día en que nuestros legisladores nos representen dignamente?”.

“Hemos pedido formalmente audiencias a la presidenta del Senasa y al nuevo ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, para informarlos de las dificultades del sector, temas que los funcionarios provinciales conocen bien pero no se han hecho eco. La producción citrícola, como cualquier otra, no espera, no entiende de burocracia”, criticó Fecier en otro tramo del texto.

Reclamo a la justicia federal

La federación también pidió en este duro documento que la justicia federal de Paraná levante la cautelar que impide al Senasa aplicar la Resolución 930, orientada a que la producción de cítricos se realice bajo cubierta, con el fin de prevenir la enfermedad de Huanglongbing (HLB).

Reclamamos a la justicia que no demore más el trámite, ya que el 30 de setiembre venció el plazo que tenían los viveristas para hacer las plantas a cielo abierto. Desconocemos el motivo de semejante demora, cuando la enfermedad no se detiene. ¿Qué pasará si llega? ¿Funcionarios nacionales, provinciales y jueces federales se pondrán al frente de la situación y brindarán empleo a miles de trabajadores de la fruta, a aserraderos, a transportistas y otras actividades indirectas a la citricultura? ¿O abonarán las indemnizaciones al personal que se quede sin su fuente de trabajo, haciéndose cargo de los daños y perjuicios que sufrirán los productores?”, cuestionó.

Promesas incumplidas

Finalmente, Fecier enumeró todas aquellas promesas relativas al sector que se incumplieron, como “el control del traslado del material vegetal entre provincias; la difusión ineficiente con recursos más que suficientes, la falta de coordinación, en el tiempo y espacio, entre otras”.

“Creemos que los profesionales a cargo están preparados, pero las directivas que reciben no son claras. A esto hay que sumar la falsa descentralización del Senasa: solo se realizó la instalación de un nuevo edificio, ya que para simples declaraciones los funcionarios deben tener la venia de la sede central”, fustigó la federación.

Frente al caos que dicen vivir, los citricultores entrerrianos se preguntan: “¿No existe una responsabilidad Federal de nuestra provincia de hacerse cargo y gestionar controles fitosanitarios urgentes, cuando los organismos que deben hacerlo no lo hacen? ¿Qué nos pasa? ¿No hay reacción? Hace calor, pero eso no nos autoriza a vivir haciendo la plancha”, ironizó la entidad.

Los ingenuos citricultores creíamos que el Estado podía ayudarnos a construir una citricultura sustentable. Con sus políticas de parches y de billetera fácil pensaron que con una fábrica, solo para un pequeño grupo de citricultores, y un acueducto, para muchos menos, ganábamos la década. Pero la realidad es que, por otro lado, las empresas desaparecen, los volúmenes se caen y la calidad va en picada. Estos hechos no ayudan a una reconversión y llevan a más marginalidad, que tanto queríamos combatir y analizada en largas charlas con los ministros de Producción,  Roberto Schunk, y de Trabajo, Guillermo Smaldone, hablando de la corresponsabilidad y reconversión, otros poemas más de las artes del relator”, concluyó el duro texto.

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