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Agricultura

03/06/2013

El girasol es cultivo clave en el norte

Con la asistencia de técnicos de las provincias girasoleras del norte del país, Nidera realizó un encuentro en el que se debatieron las características que deben reunir los híbridos para esa región y las pautas de manejo más recomendadas.

El girasol es clave en el norte argentino y tiene un gran potencial para seguir creciendo. Con ese marco, Nidera organizó en Charata, Chaco, un taller del que participaron técnicos de distintos puntos de esa región girasolera para analizar desde la elección del cultivar hasta el manejo más adecuado para esos ambientes.

Amelia Bertero, la fitomejoradora que conduce el programa de girasol de Nidera, explicó los objetivos actuales de su trabajo y las características que deben reunir los cultivares para el norte del país. “En las parcelas experimentales ya hemos obtenido rendimientos de más de 4.000 kilos por hectárea, por lo tanto ese es el potencial que tenemos que alcanzar a nivel de campo. Además, hemos obtenido contenidos de aceite del 50%, que nos ofrece una bonificación del 16% sobre el 42% de materia grasa considerado como base para obtener sobreprecios, ya que por cada punto porcentual por encima de la base crece un 2% el precio”, dijo la especialista.

Un alto porcentaje de autofecundación, que garantice un elevado nivel de cuajado de sus flores, es otra de las características que debe reunir un cultivar de girasol. De esa forma, se busca evitar lo que se conoce como “girasol colero”, que son aquellos cultivos en los que al momento de la recolección un gran porcentaje de las semillas salen vanas por la cola de la cosechadora.

A estos objetivos generales se suman la resistencia a herbicidas a base de imidazolinonas y sulfonilureas; la estabilidad de rendimientos frente a factores abióticos, como sequía y vuelco, y factores bióticos representados por varias de las enfermedades que atacan al girasol. Además, el mejoramiento genético del girasol también apunta a la calidad del aceite, como es el caso de los híbridos alto oleico.

Con respecto a las características específicas que se buscan para los girasoles del norte del país, Bertero puntualizó que “Trabajamos fundamentalmente con híbridos de ciclo intermedio y los comparamos con los de ciclo largo de cada región para que tengan el mismo o mayor potencial de rendimiento”. Por otro lado, buscan cultivares con capítulos decumbentes que tienen la ventaja de insertarse dentro de la masa foliar y de esa manera evitar el ataque de los pájaros. “No anulan el problema –dijo la especialista-, pero al menos los reducen”.

Entre las cualidades que siguió destacando Bertero para los híbridos más recomendados para esa región aparecen: buen cuaje de las flores, sensibilidad al fotoperíodo (“Que le permita acumular rápidamente horas luz acortando los días a floración”), resistencia a vuelco (“Afortunadamente hay diferencias genéticas que podemos aprovechar en el mejoramiento”) y resistencia a sequía que es un problema muy fuerte para las siembras de girasol en el norte (“Para la selección aprovechamos las situaciones de estrés en floración, cuando la demanda del cultivo es muy alta y se produce el quemado de las hojas”).

También incluyó la resistencia a herbicidas para ayudar a combatir malezas resistentes (“Qué tienen los híbridos Clearfield y Clearfield Plus”) y la resistencia a enfermedades (“Como Downy mildew y Roya negra, que se destacan en esta región junto con el grupo de las enfermedades de fin de ciclo”).

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