Dos diseños innovadores realizados por el personal del Laboratorio de Terramecánica e Implantación de Cultivos del Instituto de Ingeniería Rural obtuvieron la concesión de patente en distintos países: el escarificador para labranza profunda en franjas y fertilización en bandas localizadas, en Estados Unidos y el “Facón”, en Brasil.
El escarificador para labranza profunda en franjas y fertilización en bandas localizadas fue diseñado para el cultivo de caña en cualquier tipo de suelo, pero puede adaptarse fácilmente a otros cultivos industriales.
La conformación elemental de este desarrollo tecnológico es la unidad de laboreo, la cual consta de tres partes: el conjunto escarificador, el accesorio para labranza secundaria y el accesorio fertilizador. El novedoso ordenamiento espacial de los cuatro órganos escarificadores, ubicados en tres planos verticales paralelos al eje longitudinal de la unidad de laboreo y a tres diferentes profundidades, posibilita una adecuada remoción del suelo e incrementa entre un 60 y un 70% la eficiencia energética de la labor, respecto de la obtenida con las máquinas utilizadas en el área cañera.
Además, la energía es aplicada solamente en los sitios que serán aprovechados por las raíces del cultivo, es decir, las franjas. Esta sección de suelo laboreada a gran profundidad en donde se implantará posteriormente el cultivo, supera ampliamente a la obtenida con la labranza convencional, creando un ambiente favorable para la obtención de un mayor desarrollo y rendimiento de la caña. Simultáneamente, al no disturbar los entresurcos, se obtienen mejores condiciones de piso y se reduce el efecto dañino del tránsito de la maquinaria que ocurre con la tecnología actual, en la que se rotura la totalidad de la superficie de cultivo.
El “Facón” es un dispositivo que logra que la presión del tren de siembra sobre el suelo sea constante, independientemente de la posición que éste tenga en un determinado momento.
Agronómicamente la falta de carga se traduce en una menor profundidad efectiva de siembra, un deficiente contacto semilla-suelo y en un surco mal cerrado. En casos extremos, se puede observar directamente la semilla sobre la superficie del suelo. Si la carga es excesiva la profundidad de siembra resulta mayor que la pretendida, se registra una excesiva compactación del borde del surco realizada por las ruedas limitadoras de profundidad y la conformación y cerrado final del surco será deficiente. Además, a los defectos de la siembra se le debe agregar un aspecto mecánico que es sumamente crítico. Los esfuerzos puntuales y las sobrecargas a los que son sometidos los componentes del tren de siembra generan roturas o en su defecto, un desgaste prematuro de los elementos.
Este diseño se destaca por su simplicidad, ya que desde el punto de vista constructivo se siguió el criterio geométrico de un sistema mecánico de resortes, que consigue una transferencia de carga constante a los cuerpos de siembra, sin necesidad de aplicar mecanismos complejos.
Estas dos patentes se suman a la ya concedida en Estados Unidos, al desarrollo denominado “Superficie biomimética aplicada a la maquinaria agrícola” trabajo que se hizo en conjunto entre el Laboratorio de Terramecánica e Implantación de Cultivos, el Instituto de Suelos y la UTN.
Fuente: INTA
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