Estamos acostumbrados a escuchar de la fertilización por el aporte que los nutrientes hacen al suelo y que se traducen en productividad (o kilos) de los cultivos por hectárea; al tiempo que ayudan a balancear los elementos en el suelo y que cada cultivo va extrayendo campaña tras campaña. Argentina está lejos aún de la tan ansiada reposición de nutrientes, aunque este año anticipan una mejor performance general de los fertilizantes aplicados. En rigor de verdad, la mejora vino de la mano del trigo, que fue fertilizado antes de la noticia del regreso de las retenciones. El maíz, que era la gran apuesta para este año, parece que sufrirá las consecuencias del aumento impositivo. Pero la buena noticia es que en 2018 se fertilizarán mejor los suelos agrícolas.
Ahora bien, mas allá de los nutrientes tradicionales cobran importancia los micronutrientes que impactan mucho en la productividad pero también en la calidad del cultivo. Por caso, el zinc mas allá del aporte a las plantas, es vital para el crecimiento, el desarrollo del cerebro, el buen funcionamiento del sistema inmunológico, la digestión y muchas otras actividades esenciales del organismo. Su deficiencia afecta a más de un tercio de la población mundial, debido a que su alimentación se basa en cultivos básicos y pobres en este micronutriente. En los últimos años se ha avanzado en materia de mejora genética de semillas con nuevos híbridos que han impulsado los rendimientos. Sin embargo, al no mejorar el perfil nutricional de los suelos, hay más granos pero de menor calidad nutricional. Una correcta fertilización con zinc podría contribuir a mejorar la calidad de los alimentos.
ENSAYOS. Un ejemplo sobre los efectos de la fertilización con zinc es el estudio de la Universidad de Rosario y el Conicet, que demuestra que la fertilización foliar de maíces Flint se traduce en una mayor presencia del micronutriente en sus granos. Los ensayos en el Campo Experimental Villarino, Zavalla, Santa Fe, compararon híbridos de variedades conocidas. Por un lado se dejó una parcela sin fertilizar como testigo de control y, por otro, se fertilizaron parcelas con tres tratamientos diferentes: una con MAP a la siembra y urea en la fase V5; otra con una mezcla química de nitrógeno, fósforo, potasio, azufre, magnesio y zinc a la siembra más una aplicación de CAN-S en V5; y la tercera con el mismo tratamiento anterior complementado con una aplicación foliar de zinc en la fase V10. El resultado arrojó valores contundentes: “Los dos tratamientos de fertilización con zinc aumentaron la concentración de zinc en el grano, con una gran respuesta especialmente después de la aplicación foliar”, señaló Lucas Abdala, uno de los investigadores. El estudio se realizó por iniciativa de Yara Argentina. Los resultados fueron significativos y contribuyen a generar conciencia sobre el impacto positivo que podría tener una buena práctica de manejo de fertilización con zinc.
Por eso, la compañía presentó las conclusiones de la investigación en el marco del Día Mundial de los Fertilizantes, que se celebra el 13 de octubre. Según Daniel Corvalán, director comercial de Yara Argentina, “queremos aprovechar esta fecha para invitar a la reflexión y divulgar a la sociedad la importancia de la fertilización para obtener alimentos de alta calidad nutricional tanto para la mesa de los argentinos, como para la de todos los países que reciben nuestros granos. Es importante promover el compromiso e impulsar prácticas de fertilización que permitan desarrollar una agricultura rentable, sustentable y socialmente responsable”.
Por qué hay un día para los fertilizantes. El Día Mundial del Fertilizante es una fecha promovida por reconocidas organizaciones como la International Fertilizer Association (IFA), The Fertilizer Institute, Fertilizers Europe y el International Plant Nutrition Institute (IPNI), con el fin de generar discusiones sobre prácticas agrícolas fundamentales para el futuro de la seguridad alimentaria en el mundo.
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