En la Argentina, la producción de nuez pecán es una actividad que genera 1.800 toneladas anuales. Como se trata de un mercado que se encuentra en expansión, técnicos del INTA Concordia –Entre Ríos– analizaron diferentes métodos de conservación para preservar su calidad desde la cosecha hasta su comercialización.
En este sentido, la conservación en frío representa una oportunidad para extender la vida comercial y acceder a nuevos mercados.
De acuerdo con Marina Panozzo, especialista en poscosecha de esa unidad del INTA, “de las 1.800 toneladas de nuez pecán que se producen en el país, la mitad salen de Entre Ríos”.
Para obtener un producto de calidad, hay que tener en cuenta las características genéticas de la variedad, el manejo durante el cultivo y método de cosecha utilizado. “La poscosecha es una parte importante dentro del proceso, debido a que permitirá conservar el fruto hasta la comercialización”, explicó Panozzo.
Con el objetivo puesto en la mejora competitiva del sector, los expertos analizaron «diferentes métodos de conservación para preservar la calidad de la nuez desde la cosecha hasta su comercialización”, expresó Panozzo, y agregó: “Las tecnologías de conservación en frío retardan el proceso de enranciamiento –lo que evita que adquieran un sabor desagradable– y permiten conservarlas por más tiempo”.
De hecho, con el almacenamiento a 5 °C es posible mantener la calidad de las nueces hasta 18 meses. Un ensayo realizado en el INTA Concordia determinó que si a esta tecnología se le suma el guardado en bolsas de polietileno o polipropileno, “es posible conservarlas por un año como recién cosechadas”, señaló Panozzo.
Sin embargo, no se trata de una fórmula cerrada. Ahora el equipo de especialistas evalúa cuál es el tipo de bolsa más recomendable para cada variedad. “El recubrimiento más apropiado para preservar la calidad organoléptica de la variedad Kernodle es el polipropileno de 30 micrones”, ejemplificó Panozzo, y añadió: “Como hay otras variedades que se conservan mejor en polietileno de 100 micrones o más, es importante analizarlo en cada caso”.
Como se trata de una actividad que se encuentra en expansión, “vemos como oportunidad la posibilidad de desarrollar una industria procesadora que pueda absorber los excedentes y descartes, como las nueces pequeñas o rotas”, indicó la especialista del INTA, quien afirmó que “la elaboración de aceite de nuez pecán es una excelente alternativa para la diversificación de la producción local”.
Como ejemplo, Panozzo afirmó que en la provincia hay grupos de productores que diversifican su producción a partir de la elaboración de aceite de nuez pecán. “Realmente es una buena alternativa que les permite aumentar su rentabilidad, debido a que utilizan como materia prima nueces pequeñas que carecen de valor comercial, o nueces que se rompen durante el proceso de pelado”, expresó.
Alimento saludable
La tendencia mundial hacia una alimentación más saludable tiene como protagonista a consumidores que demandan cada vez más productos naturales.
En este sentido, Panozzo destacó las características y las propiedades beneficiosas para la salud de las nueces pecán. “Diversas investigaciones revelan que las nueces pecán contienen ácidos grasos mono y poliinsaturados, fitosteroles, tocoferoles y otros micronutrientes que lo hacen un alimento sano y atractivo”, aseguró.
En la Argentina, la producción de aceites comestibles es una actividad económica de gran relevancia. Por esto, “consideramos que la elaboración de aceite de nuez pecán se presenta como una excelente alternativa debido al creciente interés de los consumidores por el consumo de alimentos que contengan compuestos con propiedades beneficiosas para la salud”, expresó la especialista del INTA.
Además de presentarse como una buena alternativa para diversificar las producciones, “el aceite de nuez pecán posee alto contenido en vitamina E y ácidos grasos –como omega 3, 6 y 9– muy útiles para reducir el colesterol y el riesgo de enfermedades cardiovasculares”, señaló Panozzo.
FUENTE: INTA Informa
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