Cuando el hombre primitivo pasó de ser nómade a sedentario hubo grandes cambios en su estilo de vida ligados a la domesticación de las especies para la obtención de sus alimentos. Entre los cultivos destacados está la papa andina, un material con hasta 10 mil años de historia. Desentrañarla fue la tarea de los técnicos del INTA quienes, luego de caracterizar sus genomas y multiplicarlas, restituyeron 100 genotipos a los pueblos originarios de Jujuy.
Para Damián Alcoba –director del Instituto para la Pequeña Agricultura Familiar (IPAF) del INTA en la región NOA– la restitución de los 100 genotipos colectados y conservados hace 20 años por el Banco de Germoplasma del INTA Balcarce, Buenos Aires, a las comunidades indígenas de Jujuy es un hecho “histórico y muy significativo”.
“Nos permitió recuperar su confianza, mostrarles el conocimiento científico generado a partir de la conservación y guarda, involucrarlos en el proceso de innovación y demostrarles que ponemos el material caracterizado, saneado y multiplicado a su disposición a fin de que se conviertan en sus guardianes”, detalló Alcoba.
“Por generaciones, las comunidades domesticaron muchas variedades, por lo que son partícipes necesarios para cualquier proceso que se quiera encarar”, aseguró Alcoba quien, además, agregó: “Aprendimos con ellos lo importante que es trabajar juntos”.
Este logro fue una iniciativa conjunta del IPAF y del Laboratorio de Agrobiotecnología con el material que estaba guardado en el Banco de Germoplasma del INTA Balcarce.
Papas andinas, diversas por naturaleza
De acuerdo con Sergio Feingold –director del Laboratorio de Agrobiotecnología del INTA Balcarce– las papas andinas mantienen una diversidad genética mucho mayor que las papas modernas o comerciales y constituyen una valiosa fuente para el mejoramiento de este cultivo, tan importante para la alimentación mundial.
En esta línea, el investigador se refirió a la importancia del trabajo realizado por estar orientado a mejorar la calidad nutricional e industrial del alimento, con el objetivo de abrir la puerta hacia una valorización del producto primario y una futura industrialización de las papas andinas.
“Hemos realizado amplios estudios sobre las papas nativas con descriptores morfológicos y/o marcadores moleculares dispersos en el genoma que acreditan esta diversidad genética, que nos permitieron evidenciar algunas relaciones filogenéticas entre entradas de germoplasma”, detalló el técnico.
Entre los ensayos que se realizaron en los 100 genotipos de papas nativas argentinas se destacan la variación alélica en genes relacionados con la cantidad de azúcares reductores, la actividad de polifenol oxidasas, el pardeamiento enzimático y la concentración de ácido clorogénico.
Además, se investigó la inducción a la tuberización en tubérculos y determinó la asociación entre las variaciones alélicas y los valores fenotípicos para los genes y caracteres evaluados.
Para conservarte mejor
En el Banco de Germoplasma del INTA Balcarce –Buenos Aires– se lleva adelante la conservación ex situ, complementaria de la conservación in situ, ambos sistemas recomendados por la FAO y por el Convenio de Diversidad Biológica tanto para conservar especies silvestres como cultivadas.
“Nuestro objetivo es evitar pérdidas de materiales valiosos para la agricultura y la alimentación, así como disponer de información para el mejoramiento genético de este tubérculo”, afirmó Andrea Clausen, especialista del Banco de Germoplasma de Balcarce, quien detalló que el Banco es el encargado de conservar el material genético de todas las especies silvestres y de 46 variedades de papas andinas.
Los materiales se conservan en forma vegetativa, in vitro o como tubérculos. Las variedades andinas son evaluadas y analizadas según sus cualidades nutritivas y nutracéuticas, su comportamiento ante diversos patógenos y otros estudios morfológicos, moleculares, bioquímicos y sensoriales.
Para Clausen, el mantenimiento de las papas andinas bajo sistemas tradicionales de cultivo es relevante ya que las variedades evolucionan y se adaptan a diferentes presiones tanto bióticas como abióticas y generan nuevas combinaciones genéticas adaptadas a muy diversas condiciones ambientales.
“Se han detectado mezclas de genotipos y numerosas variantes genéticas dentro de lo que se considera una variedad, por lo que resulta imposible detectar o conservar ex situ todas las variantes genéticas de las que dispone un productor andino”, explicó Clausen, quien detalló: “De ahí la gran importancia de que las comunidades andinas continúen su cultivo”.
Asimismo, subrayó lo fundamental de la restitución de materiales genéticos saneados por tratarse de “una iniciativa valiosa que contribuirá al cultivo y mantenimiento de los mismos en los valles andinos de nuestro país”.
FUENTE: INTA Informa
me encanta el desafio, me conformaria con tan solo dos papas de cada variedad para sembrar y ver si puedo cultivarlas.Vivo en Santa Cruz. Rio Gallegos Argentina el clima es frio pero los tuberculos se desarrollan muy bien ademas poseo invernaculos .Me gustaria iniciar un pequeño emprendimiento, sobre todo para ofrecer en pequeña escala en gastronomia como un plato delicattese