Por distintos motivos externos e internos que se suman a las condiciones desfavorables que viene sufriendo el sector, el consorcio ABC indica que «ya se han perdido más de 3.000 puestos de trabajo en el año y es probable que este número aumente en las próximas semanas».

Por el lado EXTERNO, el ABC indica que «varios de los países competidores han sufrido devaluaciones de sus monedas lo que los hace más competitivos a la hora de exportar ya sea por el costo de su ganado (Brasil: 2,40 u$s/kg gancho de novillo – Argentina: 4,40 u$s/kg gancho de novillo) o por el costo de producción en las plantas que representa un 80% más que Brasil».

A su vez, los países clientes han sufrido devaluaciones también, lo que hace que los precios que puedan pagar sean menores.

Por el lado INTERNO, «es creciente e incontrolada la actividad marginal de la industria en temas impositivos, previsionales, sanitarios y de medio ambiente como forma de supervivencia de las empresas que están dispuestas a correr el riesgo. Competencia desleal que sufre la industria ordenada y que también sufren las arcas de la Nación y las Provincias».

A continuación se traduce el resto del comunicado.

«Si a estos motivos le sumamos la falta de oferta suficiente de ganado pesado, producto de falta de incentivos para los productores, la combinación torna al negocio de la exportación de carne en una actividad en QUEBRANTO.

La exportación es una parte menor de la producción de las plantas exportadoras, ya que deben vender forzosamente la mayor parte en el mercado local, con lo cual al parar una de estas plantas, la oferta de carne en el mercado local también sufre.

Por estos motivos, la industria solicita la eliminación de las retenciones y/u otra medida compensatoria que haga posible la continuidad de la actividad que puso a la Argentina durante varias décadas como 3er exportador mundial y hoy no figura entre los 10 principales exportadores de carnes vacunas del mundo».