Amaranthus palmeri.

El tiempo de simplificar la producción de soja quedó sepultado en el pasado y no hay perspectiva alguna de que regrese, ya sea de la mano de un nuevo modo de acción de herbicidas o de la biotecnología; sin embargo aún estamos a tiempo de evitar el agravamiento del problema. Si bien es sencilla y fácil de comprender, esta conclusión tiene una complejidad tal,  en donde aquellos productores que  asuman esta responsabilidad, sus costos pueden llegar a incrementarse aun más de lo que  están soportando  hoy.

A esta conclusión se llegó luego de dos días de debate y discusiones  sobre el problema de las malezas en la producción de soja, donde se dieron cita un nutrido grupo de asesores e investigadores del ámbito nacional e internacional, invitados por la empresa  FMC. El foco del debate estuvo sobre el manejo necesario de herbicidas para controlar lo que ya es un problema y  evitar futuros inconvenientes en la producción de soja, principalmente en lo referido a la generación de resistencias en especies del tipo gramíneas, donde las herramientas disponibles para su control son más limitadas que en el caso de las malezas del hoja ancha.

Esto último fue puesto de manifiesto por el Dr. Pedro Christoffoleti, Doctor en Ciencias de  Malezas de la Universidad de Colorado, EE.UU, investigador sobre malezas de la Universidad de San Pablo y Presidente  de la Sociedad Brasileña de Malezas. El especialista comentó que dentro de las malezas problemas, en Brasil, el Rye Grass con múltiples resistencias acumuladas y la Digitaria son un verdadero dolor de cabeza. Por su parte, comentó que aún no tienen problemas en lo referido a Amaranthus, pero si muy fuerte en cuanto a Conyza, tanto bonaerensis, como canadiensis y sumatrensis, donde en estas últimas especies la resistencia es no sólo a la acción del glifosato, sino también a aquéllos principios activos cuyo modo de acción se sitúa sobre las enzimas ALS. El Dr. Christoffoleti comentó que en Brasil, a diferencia de nuestro medio, los barbechos son muy cortos, ya que a la cosecha de soja le sigue una inmediata siembra de maíz, lo que permite rotar modos de acción de herbicidas, salvo en el caso de soja y maíz RR, donde no hay diferenciación de formas de actuar de los herbicidas  utilizados. Entre las líneas de profundización de su ponencia se destacó:

• La base para estar delante del problema de las malezas es reducir el banco de semillas. Esto debe ser prioridad en el manejo de malezas resistentes.
• Los controles deben ser fundamentalmente de pre-emergencia con controles pos-emergentes en los primeros estadíos de la maleza. Esto es fundamental en el control de gramíneas.
• Una especie que adquirió resistencia metabólica a un modo de acción de herbicidas es altamente susceptible a adquirir resistencias a otros, especialmente a ALS, ya que hay muchos genes involucrados en su generación.
• Las especies con resistencias, normalmente no producen semillas con grandes períodos de dormancia.
• Una de las formas más exitosas de control de malezas en Brasil consiste en la integración con la ganadería, sembrando en forma intercalada con el maíz especies forrajeras que permitan tener una pastura de cobertura total a la cosecha y de esta forma reducir la población de Conyza que suele estar presente fuertemente en los rastrojos de este cultivo.