Desde julio de 2020, el déficit hídrico y los incendios forestales afectan el arco noroeste de la provincia de Córdoba. Las recientes precipitaciones en la región mejoraron la situación con recarga de agua en napas y el consecuente rebrote de las especies vegetales.
Para Miguel Barreda, referente del área de desarrollo rural del INTA Cruz del Eje, Córdoba, es “clave” reorganizar la hacienda, la alimentación y el sistema de producción para minimizar los daños. Es que, entre los daños por los incendios se destacan los que afectan a los animales directamente, como lesiones y quemaduras o hasta su muerte; también de la infraestructura predial y hasta el daño total o parcial del pastizal natural o del bosque nativo.
“Aquellos productores que formen parte de programas como Cambio Rural, Grupo de Abastecimiento Local (GAL) o de diferentes organizaciones tendrán más posibilidades de coordinar acciones en conjunto para salvaguardar sus sistemas productivos”, explicó Barreda.
Una alternativa rápida, aconsejó el funcionario del INTA, consiste en trasladar la hacienda a un campo o establecimiento cercano con abundante forraje, asegurándose de segmentar el rodeo según los requerimientos nutricionales y poner a los animales en lotes distintos. “Otra opción es enviar la hacienda a un feed-lot en hotelería y realizar una operación de mantenimiento”, detalló el especialista de Córdoba.
Entre las estrategias viables que permiten reducir el riesgo de pérdidas, Barreda recomendó considerar “la venta anticipada de parte del rodeo, lo que habilita contar con capital disponible para la compra de materiales e insumos para alimentar y mantener a los animales seleccionados para permanecer en el campo de cría”.
A su vez, se refirió al destete precoz como una “herramienta importante que se puede emplear en terneros que tengan más de 70 días y 60 kilogramos de peso vivo”. De esta forma, se puede recriarlos en corral hasta su venta y dejar que las madres ganen condición corporal. Otra opción puede ser combinar la venta anticipada y complementar con suplementación estratégica, lo que ayuda a reducir la carga animal y hacer sostenible la situación.
En este punto, agregó que la suplementación con alimento balanceado para pastoreo debe ser del 0,8 % del peso vivo y en confinamiento del 1,5 % aproximadamente, y debe cubrir los requerimientos diarios del animal. En el caso que incluya maíz, es necesario de una etapa de acostumbramiento de por lo menos diez días, para evitar problemas de acidosis ruminal.
Con respecto al crecimiento de pastizales, el investigador subrayó que es un factor clave que, claramente, dependerá de las precipitaciones. “Es preferible vender a que los animales pierdan peso a niveles extremos”, indicó Barreda quien agregó que, además, “reducir la carga animal favorece el rebrote y persistencia del pastizal, evitando la erosión del suelo”.
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