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Actualidad

26/08/2020

Prevención del avispón oriental

El Senasa mantuvo un encuentro para la prevención de esta especie que afecta a las actividades apícola y frutícola y la salud humana.

Tras la detección de ejemplares del avispón oriental (Vespa orientalis) en Chile, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), convocó a la primera reunión interinstitucional para definir líneas de acción relacionadas a detectar de forma temprana el posible ingreso a la Argentina, informó el organismo sanitario.

En el encuentro estuvieron expertos de la comunidad científica y responsables apícolas de las provincias patagónicas, quienes trabajaron en un plan para evitar el ingreso a nuestro país de esta avispa exótica que afecta de manera negativa a diferentes actividades como la apícola, la frutícola regional y también la salud humana, ya que su picadura venenosa es muy dolorosa y puede desencadenar respuestas alérgicas.

En el transcurso de marzo y abril del presente año, se capturaron en las comunas de Maipú, San Bernardo y Calera de Tango en la región metropolitana de Santiago de Chile, 36 ejemplares adultos de esta especie, provenientes de una colonia establecida y activa, que confirmó su presencia en la región.

Durante el encuentro se decidió iniciar una campaña de difusión general destinada a la sociedad en su conjunto y específica, dirigida al sector apícola y frutícola de la zona andino patagónica.

Además se definió diagramar y ejecutar un plan de vigilancia activa en los puntos críticos de ingreso natural y pasos fronterizos, destinado a la detección temprana de ejemplares compatibles con el avispón oriental; y desarrollar estrategias de alertas y control sanitario.

“La detección temprana de esta plaga exótica facilitará las acciones de ubicación y control de los nidos del avispón oriental, y contribuirá a minimizar los perjuicios que estas avispas puedan ocasionar”.

Los avispones orientales vuelan por energía solar

Científicos de la Universidad de Tel Aviv han descubierto que los avispones orientales tienen unas células solares naturales bajo su piel que captan la energía del sol para funcionar y, de este modo, poder volar. Según ha explicado el profesor Jacob Isahy, estos insectos utilizan como paneles solares dos partes que se encuentran en su exoesqueleto, una especie de caparazón parecido al esqueleto humano. Así, las radiaciones del sol animal y se transforma en electricidad.

Según ha explicado el profesor Jacob Isahy, estos insectos utilizan como paneles solares dos partes que se encuentran en su exoesqueleto, una especie de caparazón parecido al esqueleto humano. Así, las radiaciones del sol animal y se transforma en electricidad.

Fuentes: Senasa y Europapress

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