El 23 de agosto de 2007, la entonces senadora y candidata a presidente Cristina Fernández de Kirchner, estuvo presente en Reconquista y Avellaneda, visitando la empresa Vicentin.
Allí participó en la inauguración de una planta de biocombustible en el complejo aceitero. La candidata a presidente elogió las inversiones de la empresa y «reclamó» acciones por ser usuaria de discos de algodón que se fabrican allí.
El Sr. Baby Echecopar debería tener una sanción sobre su mal actuar ante los medios de comunicación. Es un mal ejemplo y lo dice alguien que no es político ni militante de ningún partido sino un laburante del medio y que desea mejorarlo para bien de toda la audiencia.
Los sistemas legales a veces reconocen ciertos límites a la libertad de expresión, particularmente cuando la libertad de expresión entra en conflicto con otros derechos y libertades, como en los casos de difamación, calumnia, pornografía, obscenidad, palabras de pelea y propiedad intelectual. Las justificaciones de las limitaciones a la libertad de expresión a menudo hacen referencia al «principio del daño» o al «principio del delito». Las limitaciones a la libertad de expresión pueden ocurrir a través de sanciones legales o desaprobación social, o ambas.
Ningún periodista honesto y honrado, con 2 dedos de frente y como buen profesional y honesto puede salir a defender a un personaje de estos; llamado Baby Echecopar por todas las injurias y atropellos desde la palabra que hizo durante todo este tiempo, contra la Ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
No hay disculpas que valga. Es como que un “marido machista” le dé una paliza a su mujer, y luego le pida disculpas. O como que te den una puñalada y después te diga “discúlpame, no lo quise hacer, tendría que darte una cachetada y listo” ¿Viste? Este personaje, no merece estar en ningún medio de comunicación en la argentina. Esto no es libertad de expresión no nos equivoquemos. Esto es agresión y atropello hacia una vestidura de una Vicepresidente de la Nación. No se puede permitir bajo ningún concepto. Y la Justicia tendría que caerle con todo el peso de la Ley. Personajes como estos. Avergüenzan y manchan la comunicación, la profesión del periodismo en la Argentina