Uno de los primeros rubros en ser exceptuados del aislamiento obligatorio en la pandemia fue la maquinaria agrícola, primero para dar soporte a los productores en plena cosecha y luego para continuar con su producción habitual. El sector. 

Según Néstor Cestari, presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), que reúne a las empresas locales, “estamos siendo bastante meticulosos con los protocolos, hemos incorporado uno de AINRA con la UOM y siempre se van agregando cosas y capacitando. Es un cambio de vida y tenemos que cuidarnos y nos cuiden, le puede tocar a cualquiera. Somos bastante cautos en eso. En las reuniones que tenemos hacemos mucho hincapié en los protocolos».

Por su parte, Reynado Postacchini, recientemente designado como presidente de la Asociación de Fábricas y Distribuidores Argentinos de Tractores (AFAT), que representa a las marcas de origen multinacional radicadas en Argentina, expresó que “cuando empezó la restricción de movimiento nos agarró en plena cosecha y el Gobierno tuvo el buen tino de permitir que la actividad siguiera adelante tomando las precauciones que esto implica. La cosecha es muy importante para el país y para el productor y como industria tratamos de soportar la parte productiva de la mejor manera posible cuidando los estándares de seguridad. Todas las empresas han puesto lo máximo posible para dar soporte al agro argentino”.

En cuanto al mercado, a pesar de las buenas perspectivas de cosecha, la modificación de las alícuotas de retenciones a los granos nubló el ánimo de los productores para invertir en maquinaria. A eso se le sumó la falta de financiación desde julio de 2018, cuando las tasas de interés llegaron a tocar el 40%. La revancha se esperaba para Expoagro en marzo de este año, pero la lluvia del primer día y la suspensión del último dejaron solo dos jornadas para que las empresas pudieran ofrecer propuestas atractivas.

La semana pasada, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof anunció una línea de créditos del Banco Provincia para que los productores puedan comprar maquinaria agrícola con una tasa de interés del 18,5% a tres años, del 20,4% a cuatro años y del 22,5% a cinco años. “Para nosotros es muy importante. Arrancó la provincia de Buenos Aires y los demás harán lo mismo. Las fábricas ponen una parte importante, alrededor del 10%, pero la gente que necesitaba una herramienta. Aunque pasó la época de cosecha, quizás invierta otra vez para tener un acoplado, una embolsadora o una sembradora nueva. Salvo que haya malestar en el productor y el contratista rural, la vuelta del crédito aumentará de un 30% hasta un 40% las ventas con respecto a lo que veníamos vendiendo”, afirmó Cestari. 

En el caso de las máquinas de las marcas trasnacionales, que venden máquinas de mucho mayor porte como tractores y cosechadoras, cuyos valores pueden llegar hasta 70 mil y 700 mil dólares, respectivamente, los productores necesitan créditos con plazos más largos. Postacchini apunta que “el resultado de la negociación de la deuda externa determinará la forma de financiación para que puedan comprar nuestras máquinas. Necesitamos una tasa de interés aceptada por el cliente para invertir en máquinas y pagarlas a cuatro o cinco años”.

Con respecto al nivel de ventas del primer cuatrimestre, tanto Cestari como Postacchini coinciden en que estaba por debajo del mismo período del año pasado. “Es una pandemia que nos afecta a todos y que el productor no invertirá hasta que no tenga un panorama claro después de levantar la cosecha y cómo jugarán las reglas internacionales según el arreglo de la deuda externa. Dependemos mucho de ese acuerdo para que Argentina siga ligada al mundo”, sostuvo Postacchini.