Hablar de defensas bajas es hablar en criollo que podemos tener problemas en nuestro sistema inmunológico.
Este suele funcionar de una manera ineficiente cuando una persona no está llevando adelante una alimentación equilibrada. Cualquier médico, nutricionista o pediatra, aconsejará siempre comer variado y vale la pena que conozcamos porqué es importante incorporar carne a nuestras comidas en este momento tan particular que nos toca vivir.
Estamos ante un enemigo tan peligroso como desconocido y en el medio de una pelea desigual. El “#mequedoencasa”, es con seguridad la mejor receta para evitar contagiarnos, pero sin lugar a dudas podemos intentar que si el destino cruza al coronavirus en nuestro camino, por lo menos tratemos que nos encuentre lo más armados posible.
Cuanto más fuerte sea el sistema inmunológico, mayor éxito tendrá nuestro organismo para rechazar los agentes patógenos y superar procesos infecciosos.
La Doctora Susanna Bramante, experta en nutrición, agronomía y producción animal, suele manifestarse frecuentemente en el proyecto carnesostenibili.it y manifiesta que existe clara evidencia científica de que la carne nos hace fuertes y que incluir proteína animal en una dieta balanceada juega un papel relevante en la respuesta inmunitaria de las personas.
Vale recordar que nuestros anticuerpos y las células de defensa del organismo son producidas a partir de las proteínas, y sin una ingestión adecuada el sistema inmunológico se cae y cuando “se cae el sistema”, nuestro sistema, nosotros… nos volvemos más proclives a enfermarnos e infectarnos.
Las proteínas son cadenas de aminoácidos y las diferentes combinaciones de estos últimos crean en definitiva miles de proteínas distintas.
Nuestro organismo no es capaz de almacenar aminoácidos y es por ello que se precisa una ingesta diaria de aminoácidos a través de las proteínas contenidas en lo que comemos para crear nuevas proteínas.
En este sentido, el Doctor Javier Marhuenda Hernández experto de la Academia Española de Nutrición Humana y Dietética, afirma que “los aminoácidos esenciales se pueden encontrar en todos los alimentos, pero lo importante es incorporarlos de manera simultánea y el inconveniente radica en que la mayoría de los alimentos no contienen todos los aminoácidos esenciales en cantidades suficientes y las plantas en particular no contienen buenas cantidades de todos los aminoácidos esenciales».
Las fuentes de proteína de origen vegetal a menudo carecen de al menos uno de los aminoácidos esenciales: los aminoácidos que el organismo humano necesita pero no es capaz de sintetizar y por lo tanto tenemos que obtenerlos con nuestra dieta.
Todas las deficiencias de aminoácidos disminuyen la inmunidad, por ejemplo: las dietas bajas en triptófano y fenilalanina disminuyen la síntesis de anticuerpos, de manera similar las cantidades limitadas de aminoácidos que contienen azufre (metionina y cisteína) perjudican a los tejidos linfoides, que son fundamentales para nuestro sistema de defensa.
A recordar muy bien esto y a “viralizarlo” por redes sociales: la carne es considerada un alimento «completo» porque contiene todos los aminoácidos esenciales.
Para dimensionar la complejidad de nuestro sistema inmunológico y de la necesidad de una nutrición adecuada, basta repasar los siguientes enunciados:
- La falta de vitaminas del complejo B, pueden causar una potencial pérdida de inmunidad.
- El Zinc es un mineral que está muy estrechamente vinculado al sistema inmune, ya que favorece la elaboración de anticuerpos, modulando la susceptibilidad a infecciones.
- El déficit de hierro se asocia a un aumento de aquellas sustancias que dañan nuestras células.
- El Selenio se vincula con las llamadas enzimas antioxidantes, que previenen el daño causado por los radicales libres.
La mejor forma de evitar deficiencias de estos nutrientes es incluyendo carne bovina en el menú. La carne vacuna es rica en vitamina B6, un nutriente vital para la formación de nuevos y saludables glóbulos blancos y rojos.
La cantidad aportada de hierro por la carne de vaca es mayor que la de las carnes blancas. Contiene un promedio de 3 mg de hierro cada 100 gramos, el doble que el pollo y el triple que el pescado. Asimismo, la carne vacuna posee en promedio 6 mg de Zinc cada 100 gramos, el doble que la carne de ave y cuatro veces más que el pescado.
En cuanto al Selenio, debemos recordar que el mismo se encuentra fundamentalmente en las vísceras (hígado y riñón) y a propósito de este micronutriente les dejo un comentario esperanzador del reconocido médico infectólogo Attilio Speciani, donde en una entrevista relacionada al aumento de casos del Covid-19 en Italia, remarcó la existencia de una investigación muy relevante sobre la presencia de selenio y sobre la capacidad del cuerpo humano para vencer a los virus. Estudios recientes demostraron que “tener una concentración adecuada de selenio en sangre permite una mayor capacidad defensiva del sistema inmune contra los virus en general, y el coronavirus no es la excepción”.
A no dudarlo, en un mundo de defensas bajas, la carne vacuna está de nuestro lado.
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