Comenzó la primavera. El apicultor debe estar a la altura de las circunstancias y listo para salir al ruedo. En esta instancia siempre es importante repasar algunas cuestiones a apicultores en actividad y acercarle varios consejos de especialistas a los novatos. Durante el invierno el apicultor principiante se estuvo capacitando y adquiriendo el material necesario para arrancar en el maravilloso mundo apícola.
Al mismo tiempo, el apicultor experimentado se ocupó de reparar y cambiar alzas, alambrar y estampar cuadros, preparar el terreno y sobre todo, cuidar de la sanidad de las colonias sin entorpecer su descanso. Ahora es el momento de demostrar la eficiencia y comenzar la temporada de producción. Lo primero será hacer una revisación. La revisación primaveral que da el puntapié inicial.
Revisar las colmenas es una tarea que se regula de acuerdo con las necesidades normales del colmenar. Inspeccionar los cajones por simple curiosidad altera la vida de las abejas. Por lo tanto, no es algo que se haga porque sí. En su cronograma de actividades, el apicultor debe programar la revisación del apiario durante la época de producción, es decir durante la primavera y el verano. En temporada invernal, vale la pena recalcarlo, sólo se revisaron si se notó alguna anormalidad.
METODOLOGÍA. Con careta, guantes y equipo en mano, el momento ideal para hacer la revisación es cuando la temperatura del día es elevada, hay pleno sol y no sopla el viento. En líneas generales las abejas no se irritan ni pican si se atiende a su etología. Por eso la intervención en la colmena se puede hacer sin inconvenientes. Antes de comenzar la revisación de las colonias debe tenerse encendido el ahumador (con materiales inocuos) y preparadas todas las herramientas necesarias. La ubicación correcta del apicultor es a un costado del cajón o detrás. Nunca hay que trabajar frente a la piquera (entrada de la colmena) ya que las abejas que entran y salen se molestan y pueden llegar a picar por sentirse amenazadas.
PRIMAVERA. Durante el período que comienza a fines de agosto y finaliza en noviembre es cuando, en estas latitudes, el apicultor debe poner toda su atención en el apiario. Es un trabajo de tiempo completo.
Debe verificarse la existencia de la reina, su edad y productividad, la cantidad de panales con abejas, el número de panales con larvas, huevos y crías, operculados (tapados) y su distribución en el cuadro
(círculos concéntricos). Los cuadros envejecidos, con muchas celdas de zánganos, polen viejo y endurecido, se reemplazan por cuadros nuevos bien alambrados con una hoja de cera estampada correctamente para que las abejas la acepten y labren. Cuando se hace la revisación periódica, cada 15 días, se retiran del piso las abejas muertas, restos de opérculos y todo tipo de suciedad.
Todas las observaciones que se van haciendo en cada una de las colmenas se registran con fecha de inspección. Se debe controlar que la cámara de cría tenga suficiente espacio para un buen aovar de la reina, cuanto más lugar tenga mayor desarrollo tendrá la postura. Se puede trabajar con una sola cámara de cría, cámara de cría doble o cámara de cría y media. A partir de aquí, si la temporada viene bien; con buenas lluvias que favorezcan la floración y por ende la entrada de néctar y polen, se irán agregando alzas, para que las abejas puedan acopiar la miel producida y el polen recogido, entre otros subproductos.
PARA TENER EN CUENTA. En esta época de gran desarrollo vegetal, se debe tener el pasto del apiario bien cortado, sobre todo para trabajar con comodidad y atraer a la menor cantidad de predadores. Por otra parte, los bebederos tienen que asegurar abundante agua fresca durante todo el día. Es de especial interés observar la sanidad de las colmenas, ya que el aumento de la temperatura y humedad favorecen el crecimiento y desarrollo de cualquier microorganismo patógeno.
ENJAMBRE. El enjambre es el método natural de reproducción de las colonias. Guiadas por su instinto, en determinado momento, una parte de las abejas de una colmena abandona su morada para formar una familia nueva. Se trata de perpetuar la especie; pero el apicultor debe tomar los recaudos para que no suceda y evitar así, pérdidas económicas.
El enjambre está compuesto por la reina, obreras de todas las edades y zánganos. En general los enjambres se instalan provisoriamente cerca de los apiarios, en lugares que les resulten apropiados, por ejemplo ramas de árboles, troncos y matas y se da en diferentes momentos según las condiciones climáticas. Por ejemplo, en la Cuenca del Salado, donde la actividad apícola es muy importante, los enjambres suelen aparecer desde la segunda quincena de noviembre hasta fines de diciembre. Existen diversos motivos que pueden provocar la enjambrazón. El poco espacio en la colmena para el rápido aumento demográfico de las abejas en esta época y una piquera estrecha con poca ventilación, son dos causas frecuentes para que se de esta situación.
Por Mariel Tibau Martínez para Super CAMPO.
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