Empieza el verano y para los cultivos urbanos de huerta debemos tener en cuenta algunos cuidados con el sol. Las plantas pueden presentar síntomas de una alta exposición solar que se deben considerar, si es que queremos obtener una buena cosecha. Desde el Programa ProHuerta (Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación – INTA) proponemos algunos consejos para actuar en consecuencia.
ISLA DE CALOR. En las ciudades nos enfrentamos al efecto ‘isla de calor’. Dadas las condiciones de las construcciones y su capacidad de absorber el calor durante el día, las temperaturas pueden ser más elevadas que en entornos no urbanos. Para Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, podemos encontrar diferencias de temperaturas de hasta 5 grados.
¿Para qué proteger los cultivos de la huerta?
-Para obtener una germinación, crecimiento y cosecha adecuada.
-Para evitar las pérdidas del agua de riego por evaporación.
-Para evitar la deshidratación y el estrés hídrico de los cultivos.
-Para regular la temperatura del suelo y el aire en condiciones extremas.
DISEÑO. Con estos objetivos debemos considerar algunos aspectos relativos al diseño de la huerta. Si bien en esta época en las huertas urbanas sembramos plantas de estación adaptadas a las condiciones de alta temperatura en el caso de las huertas en balcones y en terrazas muchas veces las condiciones pueden ser un poco más extremas. Es por esto que te brindamos algunos consejos sobre los cuidados que debemos tener al momento de planificar el espacio donde colocaremos los maceteros de huerta.
1. Dejar espacio para la circulación de aire: Si estamos por armar nuestro espacio de huerta, una primera recomendación es tener nuestros maceteros un poco elevados del suelo, de esta manera permitimos la circulación del viento, lo cual también va ayudar con la limpieza de todo el sector. También es recomendable no dejarlos muy cercanos a las paredes, permitiendo dicha circulación de viento y además disminuyendo las temperaturas elevadas de estas superficies.
2. Cubrir la tierra no sembrada: Al evitar la cercanía con superficies calientes disminuimos el riesgo de pérdida de agua de riego por evaporación. Para evitar estas pérdidas también aconsejamos como práctica agroecológica, realizar una adecuada cubierta para el suelo que no está sembrado. La cubierta puede ser cualquier material seco y liviano, como por ejemplo pasto seco o aserrín.
3. El sustrato adecuado: El medio en el que sembramos se llama sustrato. Es preferible que esté compuesto de tierra, compost y perlita. Mediante un adecuado sustrato también se puede evitar la pérdida de humedad por evaporación. El agregado de perlita al sustrato es importante porque favorece la retención de humedad en el suelo.
4. Cubrir cultivos de hoja: En las épocas de temperaturas extremas se recomienda proteger los cultivos de hojas que están expuestos al sol todo el día. Para esto podemos realizar estructuras simples con telas media sombra o bien, realizar una cubierta con plantas enredaderas para una sombra natural en el sitio.
Por ejemplo, las lechugas tienen un crecimiento óptimo entre los 15-18°C y los tomates entre 23 y 27°C durante su desarrollo. Si consideramos ambas temperaturas, podemos concluir que para la época estival y -en especial- en las condiciones urbanas, ambos cultivos necesitan algún tipo de protección para un óptimo crecimiento. De la misma manera, en la temporada otoñoinvierno en algunas regiones se deberán cubrir los cultivos con sistemas que generen un pequeño efecto invernadero alrededor de las plantas, como por ejemplo cubiertas de nylon, vidrio o policarbonatos.
5. Aprovechar materiales: Algunos materiales que pueden servir para brindar protección a los cultivos son: tela media sombra, tela plastillera, cañas, y plantas enredaderas. Considerando el espacio que cada uno tiene se pueden construir estructuras para toda la huerta o, bien proteger cada maceta con un sistema de sombra.
6. Usar otras platas para construir sistemas de sombra: Si aprovechamos la construcción del sistema de sombra en una terraza con plantas enredaderas y nativas de la zona que habitamos seguramente obtendremos beneficios ambientales al atraer insectos benéficos y crear un maravilloso jardín de mariposas. Al considerar estos aspectos seguramente obtendremos una cosecha a tiempo, con productos óptimos y asegurando una sustentabilidad del sistema por un tiempo prolongado.
Por Por Leslie Vorraber para Super CAMPO.
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