Las temperaturas suben paulatinamente. Más allá de las diferencias climáticas regionales, en mayor o menor medida la temperatura primaveral va diciendo presente y las colmenas comienzan a agrandar la familia. Con esta realidad en el colmenar, el apicultor debe estar muy atento y tener claro qué mirar y cómo actuar en cada situación que se presente en las revisaciones.
Está claro que cuanto menos se moleste a las abejas, mejor. La presencia constante en el apiario no es sinónimo de más profesionalismo. No obstante, uno debe estar seguro de que todo va bien y para ello, sobre todo en esta época, no hay otra manera que la observación directa. Por lo tanto, ya en plena temporada, resulta imprescindible hacer revisaciones puntuales, donde se agrega o quita material de las colmenas, se mantiene limpia la zona y se presta especial atención al desarrollo de las colonias. Sin perder de vista, por supuesto, que se está tratando con seres vivos y que bajo ningún concepto puede admitirse el maltrato.
CÓMO ACTUAR. Durante el período que se extiende más o menos, entre fines de agosto y noviembre, el apicultor debe poner especial atención en lo que observa. Es preciso verificar la existencia, edad y productividad de la reina. También es importante corroborar la cantidad de panales con abejas (deben estar bien poblados), el número de panales con huevos, larvas y celdas con crías operculadas, indicando población por nacer; como así también la distribución de la misma en el marco.
En otro orden, los cuadros endurecidos, con polen viejo y con muchas celdas de zánganos, deben ser reemplazados por cuadros nuevos con una hoja de cera estampada y lista para ser labrada por las abejas. Si bien la apis mellífera se encarga de la limpieza de las colmenas, es imprescindible que cuando se hace la revisación periódica (cada 15 días, aproximadamente), se retiren del piso las abejas muertas, restos de opérculos y todo cuerpo extraño que aparezca en las alzas. Además, en esta época de gran desarrollo
vegetal, se debe tener el pasto del apiario bien corto. Por otra parte, es fundamental arbitrar los medios para que los insectos cuenten con abundante agua fresca y limpia en todo momento.
SANIDAD ANTE TODO. Hoy, a diferencia de lo que hacían los viejos apicultores, se sabe que toda revisación debe registrarse y, si es necesario, informar de cualquier anomalía a los organismos que corresponda. La apicultura no puede ser una tarea de tranqueras para adentro. Por lo tanto, es preciso que toda observación quede registrada con fecha de inspección. De esta manera, si aparece algún problema sanitario, resulta más fácil diagnosticar, separar, tratar o eliminar antes de sufrir un daño mayor. Es de especial interés observar la sanidad de las colmenas, ya que el aumento de la temperatura y humedad favorecen el crecimiento y desarrollo de cualquier microorganismo patógeno.
TRATO CUIDADOSO. Cabe señalar, sobre todo para apicultores noveles, que para destapar una colmena, lo correcto es hacerlo desde el lateral y generando una bocanada de humo sobre ella. Se retira la tapa con cuidado y se coloca en el piso, al revés. De inmediato se ahúma con intensidad sobre los cabezales de los marcos, para asegurarse de que el humo baje por entre los panales. Cada colmena está compuesta por una cámara de cría y, sobre ésta, la cantidad de alzas o medias alzas que el apicultor considere necesarias, según el estado de la colonia, la metodología de trabajo y el momento de la temporada. En la revisación se separa, o despega si es preciso, cada parte de la colmena con la ayuda de la palanca. Si se van a revisar los cuadros, es aconsejable comenzar por los centrales, despegándolos y levantándolos de a uno para su observación. No es caprichoso repetir, una y otra vez, que todo se haga con cuidado, con movimientos lentos y suaves.
La torpeza al trabajar, redunda en pérdida de abejas, ya que es habitual que se las aplaste al mover el material y en ganancia de picaduras por parte del apicultor descuidado. Sobre todo al inicio de la temporada, requiere más atención la cámara de cría y la correcta lectura de los panales para saber en qué estado está cada colonia. Por otra parte, la laboriosidad de los miembros de la colmena y el peso de la misma, irán indicando la cantidad de miel acumulada con el paso de los días.
Es importante destacar que en un buen panal se encuentra cría de todas las edades, incluso huevos. Pero no debe haber celdas reales. Está claro que las variables a considerar comenzando la temporada apícola son innumerables; es por eso que el mejor consejo para el productor es brindar mucha atención y dedicación responsable.
INFORMACIÓN DE UN BUEN PANAL:
-Los panales son livianos.
-Los panales tienen celdas bien reticuladas.
-Tiene cría de todas las edades. La cría avanza en círculos concéntricos.
-No se encuentran celdas reales.
-La cría es compacta. No salteada.
-La cría está en los panales de la cámara de cría y la miel en las alzas melarias. Los panales están muy poblados.
Por Mariel Tibau Martínez para Super CAMPO.
BUENISIMO EL ARTICULO SOBRE LA APICULTURA … SALUD PARA TODOS Y FELICES FIESTAS PARA TODOS!!!