De acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el segundo trimestre de este año quebró la tendencia positiva que se venía dando en el mercado de maquinaria agrícola, tanto en facturación como en unidades vendidas. En el período las disminuciones de máquinas vendidas fueron de 52% en cosechadoras, 27,9% en tractores y 20,5% en sembradoras.
Para conocer las causas y la situación actual de la industria nacional, PERFIL conversó con Raúl Crucianelli, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma).
—¿Qué panorama se observa desde los fabricantes locales?
—El impacto de la sequía y la falta de crédito disminuyeron las ventas de la maquinaria agrícola. En un promedio estamos entre un 35 al 40% menos de ventas con respecto al año pasado. En este primer semestre pasó de todo, la sequía, después llovió, hubo una recomposición y faltó el crédito y en este período se incrementaron las importaciones. Nos han pegado de todos lados.
—¿De qué manera impacta la importación de maquinaria entre las empresas locales?
—Las importaciones de maquinaria han aumentado en cosechadoras, tractores, pulverizadoras y sembradoras, en ese orden. Cosechadoras es donde más se nota y lo peor es que no es tanto en unidades, sino en monto de importación. Algunas de esas ventas se han financiado con créditos subsidiados y en algunos casos creemos que hasta han cobrado bonos. Tractores medianos y chicos se fabrican en Argentina, mientras que otros medianos y grandes vienen importados y en pulverizadoras también han habido varios lanzamientos. También se están importando plantas de silos también medianas y chicas que vienen de India, Turquía y países que tienen mano de obra muy barata. Lo estamos charlando con las autoridades y nos dan la razón pero los importados siguen llegando.
—¿Hay disponibilidad de para financiar las compras?
—En lo crediticio estamos doblemente castigados. Un producto como el implemento agrícola no es un capricho, es un bien de capital que debe comprarse con créditos que tengan una especie de subsidio. Lo vemos en todo el mundo y un ejemplo es Brasil. Hoy no estamos ajenos a lo que pasa en el país, desapareció el crédito para la compra de máquinas y lo que impacta fuertemente es que una maquinaria se vende con un plazo de hasta un año y cuando salimos a negociar esos valores nos encontramos con tasas altísimas en el mercado que hacen imposible negociar un valor.
—¿Piensa que puede revertirse esta situación en lo que resta del año?
—Me parece que no mejorará la situación si no se aclara el tema crediticio en los próximos meses. El incentivo es que estamos en un sector que seguirá funcionando, sembrando. Uno puede ver un negocio que tiene un cartel de cerrado o clausurado, pero en ninguna tranquera hay algo parecido porque sigue funcionando. Sin embargo, las perspectivas no son buenas. Hoy tenemos en algunas empresas disminución en la cantidad de horas. Mientras no haya una mejoría, esto empieza con menos horas y luego vienen las suspensiones. Desde el sector se está viendo que todavía no hemos tocado el piso y eso es preocupante.
Segundo trimestre en negativo. En detalle, la venta de máquinas agrícolas durante el segundo trimestre de 2018 alcanzó una facturación de 7.654,9 millones de pesos, que representa una disminución de 7,5% en relación con el mismo trimestre de 2017, según el Informe de la industria de maquinaria agrícola difundido por el Indec.
Según este informe, los tractores y los implementos presentaron los niveles de facturación más altos del trimestre, con 3.247,0 y 1.893,4 millones de pesos, lo que representó una suba de 9,1% y 0,4%, respectivamente, en comparación con igual trimestre del año anterior. La facturación de las cosechadoras y las sembradoras disminuyó 38,1% y 0,5%, respectivamente.
Las unidades vendidas en los cuatro grupos de maquinarias registraron disminuciones en el segundo trimestre de 2018, con respecto a igual período del año anterior. Las cosechadoras presentaron una disminución de 52,0%, mientras que los tractores, implementos y sembradoras registraron una baja de 27,9%, 23,6% y 20,5%, respectivamente, para la misma comparación. Los tractores de producción nacional presentan una participación de 67,1%, las cosechadoras de 66,0%, y los implementos de 90,8% en el total de unidades vendidas de sus respectivos segmentos.
Los tractores participaron con el 42,4% de la facturación total, con 3.247,0 millones de pesos; los implementos tuvieron el 24,7% de participación, con 1.893,4 millones de pesos; las cosechadoras, 19,0%, con 1.454,3 millones de pesos; y las sembradoras, el 13,9% restante, con 1.060,2 millones de pesos.
Por LUIS MACHADO para Super CAMPO.
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