Hoy los profesionales que investigan y difunden los conocimientos fundamentales para la producción agroalimentaria celebran su día: ingenieros agrónomos, zootecnistas y médicos veterinarios.
HISTORIA. El 6 de agosto de 1883, con sólo tres alumnos inscriptos, se inauguraron las clases de veterinaria del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria en el predio de Santa Catalina en la localidad de Llavallol, provincia de Buenos Aires. Cien años después, y a partir de un decreto nacional, se estableció este día como el Día del Veterinario Argentino.
Ya sea por los avances tecnológicos o los cambios en la sociedad, la carrera no ha parado de crecer. En 2016, último dato disponible informado por el Ministerio de Educación de la Nación, la cantidad de estudiantes registrados en las carreras de veterinaria fue de 26.798 alumnos versus 26.231 en 2015 y 25.998 en 2014. Con respecto a los profesionales ya graduados, se estima que hay más de 19 mil matriculados.
¿Qué implica ser veterinario?. La veterinaria es la ciencia que se encarga del estudio, diagnóstico, prevención y tratamiento de las enfermedades de los animales, ya sea domésticos, silvestres o de producción. Al igual que en la medicina humana, los profesionales de esta carrera se forman con la misma intensidad en materias como anatomía, farmacología, clínica, fisiología, etcétera. A pesar de la diferencia entre especies, se pone en juego la vida de un paciente. En ambos casos son médicos capaces de realizar un diagnóstico clínico con conocimiento de las enfermedades y con habilidades para el tratamiento y/o cirugía, en el caso que se requiera.
PROTAGONISTA. Julia Fenley es egresada de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires y, además de trabajar en una clínica de mascotas en Martínez, se desempeña como Coordinadora de Asesores Técnicos de Vitalcan, empresa nacional de alimentos balaceados. “Para mí, es importante que los estudiantes, y la sociedad en general, sepan que ser veterinario no es sólo trabajar en un consultorio, sino que hay muchísimas áreas en las podemos desarrollarnos. Como Coordinadora de Asesores Técnicos de Vitalcan me encargo de analizar en profundidad los productos de la compañía, para relevar sus propiedades y beneficios. El objetivo es que la comunidad veterinaria y nuestros vendedores comprendan el por qué de cada uno de los componentes de los productos, y que también los pet parents conozcan cada vez más las necesidades nutricionales de sus mascotas”. Según detalló Julia, es necesario que el mundo veterinario se vincule mucho más con otras industrias, no sólo para compartir avances e investigaciones comunes, sino para tener información certera acerca de los animales y, de esta manera, mejorar la convivencia con los humanos. En este sentido, su colega Tamara Cursach cumple un rol esencial.
Como Responsable de Comunicación Científica en Vitalcan, Tamara señaló que “además de supervisar cualquier comunicación técnica que sale de la compañía, como la que se incluye en los packagings o en cualquier comunicación externa, trabajamos para que para que los dueños de mascotas, y también la comunidad científica, cuenten con información clara sobre el mundo de los animales domésticos. Por ejemplo, para nosotros es vital que los pet parents y los profesionales de la salud comprendan la importancia de la desparasitación de las mascotas, no sólo por la salud propia de los animales, sino porque los parásitos pueden transmitirse a los humanos”. La Médica Veterinaria, egresada de la Universidad Nacional de La Plata, informó que más allá de la clínica -en donde la mayoría de las personas se imaginan a los veterinarios-, la vigilancia, prevención y control de zoonosis es una función posible de los veterinarios y es clave para la salud pública de cualquier país. De hecho, en Argentina, a través de la Resolución N° 301/2012 se creó la Coordinación de Zoonosis dentro de la Dirección de Programación Sanitaria, de la Dirección Nacional de Sanidad Animal, donde los veterinarios ocupan un rol fundamental.
Otro papel importante y no muy conocido es el de formulación de alimentos. En la industria estos puestos pueden ser ocupados por Ingenieros Agrónomos o Ingenieros en Alimentos pero, específicamente en la producción de alimento para mascotas, es necesario conocer en profundidad la fisiología de la especie en cuestión, por lo que los Veterinarios son esenciales. Verónica Bizzotto, profesional recibida en la Universidad de Buenos Aires y Responsable de Formulación y Control de Calidad en Vitalcan, comenta que su rol implica conocer los requerimientos nutricionales de cada animal y evaluar qué ingredientes pueden satisfacerlos de la manera más eficiente. También requiere saber cómo se producen los alimentos y aplicar estrictos controles de calidad en las materias primas y en el producto terminado. “En Vitalcan tenemos una serie de procesos y protocolos que se aplican desde que se recibe la materia prima en planta hasta que el producto está terminado y se vende. Por supuesto, en cada etapa productiva hay equipos interdisciplinarios pero, como veterinarios, estamos a cargo de chequear que cada control se haga correctamente para garantizar un producto de calidad para las mascotas”.
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