El Dr. Fred Below, estudioso de la Universidad de Illinois y refrente en nutrición de maíz, vino estama semana a Buenos Aires y realizó una presentación en Fertilizar Asociación Civil sobre las “Siete maravillas del rinde del cultivo de maíz”. Aunque conoce poco de la realidad productiva de la Argentina (vino a recorrer campos y ver qué hacen los productores locales), se animó a anticipar que la gran brecha de rinde entre el promedio nacional del cultivo (8000 kg/ha) y el promedio norteamericano (11.100 kg) se explica principalmente por una inadecuada fertilización. O mejor dicho por la falta de
fertilización.
El docente recordó que el Nitrógeno -el principal factor que afecta el rinde de maíz de los que puede modificar el productor, puesto que en 1º lugar está el clima-, explican en gran medida las brechas, que también se dan en EE.UU. En un concurso de rendimientos de maíz de la NCGA en 2017, el rinde superior del cereal fue de 34.1 toneladas/hectárea (con riego) y 24.3 en secano, al tiempo que el promedio nacional fue de 11.1 ton/ha. Esa brecha es aún más significativa de la que se puede ver en la Argentina entre los rindes máximos y los prodemedios. Below cree que hay que “leer” mucho mejor como se comporta el maíz para acercar estas brechas. “Yo pienso que hay que trabajar en intensificación inteligente”, adelantó. “Si quiero alto rendimiento debo conocer los factores que tienen impacto positivo en el maíz. Por eso he ponderado esos factores como positivos o negativos y les he asignado a cada uno un promedio de acuerdo al área de producción. Son lo que llamo las maravillas que agregan rindes”, dijo durante el encuentro. Estas 7 maravillas serían: en primer lugar el clima, 2º el manejo del Nitrógeno, 3º la selección del híbrido, 4º el cultivo anterior, 5º la densidad de plantas por hectárea, 6º el uso de labranza o no labranza y 7º la aplicación de reguladores de crecimiento o biestimulantes. Super CAMPO dialogó con el Ing. Martín Díaz Zorita, de Fertilizar, quien analizó la fertilización de maíz en la Argentina y las maravillas de Below.
—¿Las 7 maravillas del maíz se dan también aquí?
—Los 7 factores que Below identifica son universales. Con pequeñas variaciones en su magnitud aplican a las distintas zonas productivas.
—¿Qué pasa a nivel local?
—Nuestros estudios en Fertilizar nos dicen que el ajuste de nutrientes como un todo, con diagnóstico de suelos y caracterización del sitio de producción, que no es ya sólo el lote sino que está asociado a la expectativa de producción (cuánto consideramos que 10 metros cuadrados de un campo van a producir), ese conocimiento nos ayuda a mejorar el aporte de Nitrógeno. La columna vertebral del maíz sigue siendo el Nitrógeno y muestra resultados favorables cuando uno los diagnostica teniendo en cuenta la esperanza productiva que depende del híbrido, de la densidad de plantas por hectáreas, de la región y principalmente de la capacidad productiva que tiene ese campo.
—¿Cuánto nitrógeno se usa en maíz a nivel local?
—El uso hoy de nitrógeno en la Argentina para la producción de maíz está por debajo del 80% de lo que los cultivos de maíz están produciendo. Si uno lo mira desde el lado fisiológico estamos limitando nuestra expectativa de producción a un nivel asociado a la oferta limitada de nitrógeno y sabiendo que, con solo corregirlo, podríamos conseguir niveles de producción algo mayores.
—¿El uso se limita por temas de bolsillo?
—Se combinan factores. El componente económico es parte de la decisión y no tiene que dejar de serlo, pero en la recomendación tenemos que tener en cuenta los ajustes que hacemos en nuestros sistemas de producción. Hay un desfase entre las expectativas productivas y las realidades productivas. En general se planifica sobre un promedio y nos olvidamos que los rendimientos ocurren por encima de los promedios con mayor frecuencia de lo que estamos acostumbrados, salvo bajo condiciones extraordinarias y allí es cuando dejamos de ganar. El nitrógeno es el combustible a la producción. Nuestros suelos no tienen capacidad de aportar la demanda que tiene el cultivo de maíz en condiciones normales de producción y complementarlo en lo que hace al aporte de la fertilización muestra una brecha. Esa brecha la pudimos detectar el año pasado en condiciones de estrés en el oeste de la región pampeana, sur de Córdoba, sudeste bonoerense y lo que es explicado, independientemente de siembras tempranas o tardías, con una diferencia cercana al 15% respecto al rinde actual.
—¿Cuánto podría rendir?
—Si lleváramos los nutrientes a un valor de no limitación es decir una suficiencia real de los cultivos, la expectativa de producción podría llegar con mucha proximidad al 15% de aumento.
—¿Qué pasa este año?
-Los fertilizantes continuan con una razonable relación insumo-producto que permite pensar en adecuada nutrición para maximizar la productividad en casi todas las condiciones de producción.
Por María Lorena Rodríguez para Super CAMPO.
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