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Actualidad

26/05/2018

Asociarse a la Renta Agrícola

La tierra no sólo es para quien la cultiva. Diversos instrumentos financieros permiten tomar una parte de la renta agrícola, aún sin tener campos. El modelo agrícola con pools de siembra es el más reconocidos al momento de buscar inversiones en el sector.
Inversiones. El modelo agrícola con sus pools de siembra es uno de los más reconocidos al momento de buscar inversiones en el sector. Sin embargo, la variedad integra desde la posibilidad de ingresar en fideicomisos de vinos, hasta participar de la comercialización de maquinaria.

No sólo de la producción vive el hombre. Cada vez con mayor fuerza y versatilidad se desarrollan y aparecen en el mercado instrumentos de inversión que buscan capturar una parte de la renta que genera el campo, a partir de la participación en fondos o fideicomisos que acercan capitales a diversos nichos de la actividad agropecuaria. Para los que aportan capital esto supone acceder a niveles de rentabilidad que pueden arrancar en 3% anual en dólares y llegar hasta 10% anual en moneda dura, un retorno que no se consigue fácilmente en otros sectores productivos.

El abanico de opciones es amplio y diverso, y puede orientarse a la adquisición temporal de pequeñas parcelas de tierra  dedicadas a la producción de economías regionales, la participación en fondos dedicados a la siembra de cultivos intensivos o incluso fondos para la compra de maquinaria agrícola. En un escenario en el que la producción agropecuaria atraviesa un ciclo de expansión en los últimos años -a pesar de la sequía de la presente campaña en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe- comenzaron a desarrollarse diferentes instrumentos de inversión financiera, volcados al sector agroindustrial, con diversos horizontes de rentabilidad, dependiendo del perfil de inversor.

MENÚ A LA CARTA. En primer lugar, hay que recordar que la tierra es un refugio de valor, no sólo no pierde su capitalización con el tiempo, sino que dependiendo del campo y las labores que se realicen en él, incluso se valoriza, además de generar una renta anual por la explotación agropecuaria. Es lo que propone AdBlick Campos, a partir de la adquisición de tierras agrícolas, una inversión de bajo riesgo que entraña la revalorización del bien físico en dólares (5% anual) y una renta por 3% anual en divisa sobre el capital invertido. Para AdBlick hoy hay una oportunidad de entrar en el negocio “cuando los precios de la tierra han caído y donde existe un desacople del país a una tendencia global alcista”.

Se estima que entre 2011 y 2016 los precios de la tierra cayeron entre 15% y 20%, a lo que hay añadir un contexto favorable por la política sectorial impulsada por el gobierno desde fines de 2015. Sebastián Bollier, gerente general de AdBlick Granos y a cargo de la unidad de negocios de campos, asegura que “vemos más oportunidades para la compraventa de campos en un contexto positivo” de la actividad. Se acerca gente que está en el negocio agropecuario pero también público en general. “Buscamos campos subvaluados o subutilizados para ganar con infraestructura, canalización y mejoras”, destaca Bollier, y explica que “en 2017/18 el negocio de siembra  también tienen inversiones ganaderas- operó 45.000 hectáreas, con una producción total de 160.000 toneladas”, de cebada cervecera, trigo, arveja amarilla, girasol alto oleico, maíz y soja.

MÁS CHANCES. Otra oportunidad interesante es invertir en el fideicomiso Gestionar I , orientado a la producción agropecuaria en el noroeste de Bs As, sur de Córdoba y nordeste de La Pampa, en cultivos de trigo, soja, maíz y girasol. Cosechan entre febrero y junio de cada año, desarrollando estrategias para diversificar el riesgo por zonas productivas y cobertura financiera, a través del mercado de futuros y opciones. El monto mínimo para ingresar al fideicomiso es de $60.000, con una rentabilidad proyectada del 10% anual en dólares, considerando los rindes históricos promedio de la zona (ton/hectáreas), las tendencias del mercado y los precios futuros (a mayo de 2019). Se presenta como una alternativa jugosa, considerando que la rentabilidad promedio del negocio agrícola en los últimos ocho años fue del 18% anual en pesos.

VINO. Desde hace 8 años el winemaker Mariano Mas comenzó el desarrollo de un Finca Propia, un fideicomiso que vende por 30 años, partes indivisas de una finca de 56 hectáreas en La Arboleda (Tupungato), en el Valle de Uco. “Finca Propia es un proyecto exclusivo para consumidores de vino, le vendemos 24 vides, una hilera de 48 vides o una parcela entera de viñedos (Terroir)”, explica Santiago Mas, Director Ejecutivo de Finca Propia. Dice que hay mucha gente interesada. “Hoy hay oportunidades, hay tierras disponibles muy bien armadas y hay mucho movimiento de gente que viene de la producción de soja”, destaca. Se puede ingresar desde $75.000, unos 3700 dólares y tener acceso a una cantidad de botellas de vino de alta gama por año, con etiqueta personalizada y la posibilidad de participar en actividades en la finca (cosecha, degustaciones, comidas).

CON FIERROS. Los inversores que ven con posibilidades
al campo también pueden invertir en fierros. Ceres Tolva opera Fomaq, un fideicomiso que combina financiación y comercialización de maquinaria agrícola, además de producción agrícola y ganadera. Se puede ingresar con u$s 10.000 y hacer retiros de capital, con una rentabilidad proyectada de 10,2% anual en dólares. Así, el campo ofrece varias opciones de inversión. Sólo hace falta tomar la decisión y tener la voluntad de obtener una buena rentabilidad.

Apostar a la tierra, recibir dólares. “La evolución de los precios de la tierra siempre le ganó al dólar y la tierra siempre es un refugio de capital, nunca se deprecia”, asegura Juan José Madero, Director de la División Campos de L.J.Ramos, respecto de la conveniencia de invertir en tierras. El especialista señala que la inversión en tierras se desdobla en la capitalización inmobiliaria y la rentabilidad operativa, que va del 1,5 al 2,5% anual en dólares. Dependiendo de la zona, el campo y la infraestructura (caminos, acceso al agua, etc) la tierra se valoriza un 15% anual en dólares. “Entre 2002 y 2012 se generó una burbuja en el sector pero después de 2013 los valores bajaron 30% promedio”, señala Madero. Esto hace que hoy el mercado esté dinámico pero no se convalide cualquier valor. Pese a ello, Madero adelanta que “hay una sensación de que puede volver una disparada de precios”.

Por Carlos Boyadjian para Super CAMPO.

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