Técnicos del INTA Formosa y Corrientes demostraron, sobre un modelo productivo del este de Chaco-Formosa, que la prevención siempre resulta económicamente conveniente, debido a que se refleja en un ahorro de gastos para combatir las consecuencias de las enfermedades.
La “tristeza bovina” es un complejo de enfermedades causadas por parásitos en la sangre de los animales: la anaplasmosis y la babeosis. Estas enfermedades se transmiten por la garrapata común del bovino (R. microplus) e insectos hematófagos (anaplasmosis) causan una merma en la productividad de los bovinos y pueden ser letales cuando se trata de cuadros severos.
De acuerdo con el estudio –realizado en base a un modelo productivo del este de Chaco-Formosa–, para la categoría vaca preñada cabeza, el beneficio por cada peso invertido en la prevención de la enfermedad es de entre 15,80 y 21,30 pesos, según el diagnóstico. Mientras que en la categoría vaquilla reposición de dos años, el beneficio es de entre 7,40 y 10 pesos. Para su prevención, el INTA desarrolló vacunas hecha a partir de organismos vivos (A. centrale, B. bovis y B. bigemina). Actualmente, los productores de vacunas son el INTA Mercedes en Corrientes y Rafaela en Santa Fe, además del laboratorio de Litoral Biológicos. Esta última es una vacuna ultracongelada monodosis polivalente –denominada Bio-Jajá–.
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