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10/11/2016

Las hierbas aromáticas y su rol en la huerta

Por qué conviene tener una selección de aromáticas y flores que complementen nuestros cultivos hogareños. Cuál es su función y qué usos darle en la cocina.
Huerta urbana.

En una huerta orgánica, para evitar que plagas y enfermedades nos arruinen nuestros cultivos tenemos que tender a un ambiente equilibrado. Esto significa que nuestras plantas tienen que estar fuertes para resistir el ataque de insectos y enfermedades (que siempre aparecen) pero además nuestro suelo y nuestro ambiente tiene que estar en un equilibrio de organismos vivos, y como esto no es fácil de prever, tenemos que tender a una diversidad de organismos vivos lo más importante que se pueda. En este sentido, las hierbas silvestres y las aromáticas cumplen importantes roles.

Los insectos buscan siempre qué comer, ya sea picando la savia, comiendo partes vegetales de los cultivos o buscando polen. Algunas plantas silvestres son preferidas por ellos a los cultivos, y se agregan a la zona como plantas trampas.

Las plantas con aromas fuertes (ajo, cebolla, aromáticas como el perejil, la albahaca, la menta, el orégano, la salvia, el romero, el tomillo, el ajenjo, entre tantas otras) confunden o repelen a los insectos plaga, por lo tanto es útil tenerlas en la huerta con este fin, además de usarlas para nuestra cocina o con otros usos domésticos.

Las flores (ya sea de flores cultivadas o de hierbas silvestres) no sólo proveen de polen a insectos benéficos y son abrigo así de muchos de ellos, sino que atraen a muchos polinizadores como avispas, moscas y abejas, y así mejoran la polinización de algunos cultivos como los zapallos, zapallitos y frutillas, que necesitan de muchísimas visitas de estos insectos para formar bien los frutos.

Además de adornar la huerta y hacer el trabajo más agradable, algunas flores son también comestibles y adornan en gran medida ensaladas y platos.

Asimismo, algunas plantas aromáticas son perennes, como el romero, la lavanda y el ajenjo, y pueden ubicarse en bordes extremos o cercos para que alcancen mayor tamaño y ejerzan el rol de dispersión de entrada de insectos perjudiciales a la huerta.

Las aromáticas anuales, que se siembran o plantan todos los años y son de menor porte, como la albahaca, el perejil, o la cebolla y el ajo, se pueden intercalar entre los cultivos.

FUENTE: Mariana del Pino de MAPO, exclusivo para Sabe la Tierra.

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