Las posibilidades de cumplir con la siembra tardía de maíz incentiva a productores cuando aún, en el comienzo de agosto, la cosecha de la campaña concluida en diciembre de 2015 sólo alcanzó al 67% del área implantada y arrojó rindes de apenas 7.500 kilos por hectárea.
Así lo manifestó el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que consignó el interés de los productores maiceros en diversificar el riesgo y tener estabilidad, que se acentúa con los pronósticos climáticos que reporta el efecto de La Niña.
Los especialistas admiten la falta de «material genético» producto de las necesidades de cubrir la demanda de semillas para hacer coberturas, en tanto que el incremento registrado en los precios llevó a la búsqueda de granos de tecnología media.
La producción busca en los maíces tardíos ofertados materiales con más cantidad de eventos genéticos con el objeto de elevar la productividad, y por ello se espera que la fertilización se encuentre en un nivel más alto.
El objetivo de esta estrategia será consolidar buenos rindes, hecho que a juicio de los especialistas también deberá contar con una correcta evaluación de los suelos.
Según datos de la bolsa rosarina, aún con un 33% del maíz plantado en diciembre de 2015 sin cosechar, se planea «un fuerte regreso de la modalidad tardía para la campaña 2016/17 en la región núcleo».
Así, la relación con el maíz de siembra temprana volvería a subir por arriba de 40%, mientras que en el último ciclo su participación había caído a un 22 por ciento.
FUENTE: DyN
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