Si prepara una salsa con tomates cultivados por usted mismo, puede guardar las semillas de las frutas y emplearlas para el cultivo del próximo año. Es importante utilizar sólo las semillas de tomates sanos y bien maduros, y descartar las de variedades híbridas.
Este es el procedimiento:
Paso 1: Cortar las frutas más grandes por la mitad y extraer las semillas. Usar la carne de la fruta para la salsa. Las frutas más pequeñas se pueden colocar directamente en una procesadora o picadora de carne, ya que las máquinas de cocina no dañan las semillas.
Paso 2: Diluir la masa resultante con las semillas con la misma cantidad de agua y dejar reposar de tres a cuatro días en un recipiente abierto a temperatura ambiente normal. Revolver dos veces al día. Esto da inicio a un proceso de fermentación que permite apartar la capa gelatinosa alrededor de las semillas.
Paso 3: Si se forma sobre la masa una delgada capa de hongos, pasar todo por un colador y enjuagar.
Paso 4: Colocar las semillas en un plato o un filtro de café y dejar secar a la sombra. Dar vuelta las semillas una o dos veces.
Paso 5: Colocar las semillas secas en un recipiente y estacionar en un lugar fresco y oscuro hasta la primavera.
FUENTE: dpa
Gustavo Otarola
cuando yo era chico mi mamá dejaba dos o tres tomates secándose al son dentro de una media de mujer colgada al sol al tiempo ya secas las separaba y guardaba hasta la primavera y hacíamos plantines.
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