Los centros de la motivación y regulación de las ganas, en lo que a “cantidad” respecta, se encuentran en el hipotálamo.
Respecto del hambre por ejemplo, si se trata de “calidad”, también se generan estímulos desde el sistema cortical y límbico que aparecen generando motivaciones específicas.
La actividad del sistema fisiológico por si mismo, no explica todo lo relacionado con comer. El comportamiento alimentario está influenciado fuertemente por estímulos positivos y negativos que refuerzan las ganas, por el placer o disgusto que brindan los distintos sabores.
Un mismo alimento, puede sufrir modificaciones por los cambios del medio ambiente o su momento fisiológico y será más apetecible en ciertos momentos respecto de otros. No es lo mismo la hoja de maíz verde, que la seca; o la alfalfa comenzando su floración, que la que ya ha semillado.
En la foto unas yeguas contienen la respiración y sumergen su boca en un charco de agua para comer los brotes tiernos y sabrosos de ciertas plantas acuáticas.
Fuente: Si te gustan los caballos…Martín Hardoy
Twitter
Facebook
G Plus