Las exportaciones de alimentos y bebidas cayeron un 20,5% promedio durante el primer trimestre del año respecto de igual lapso de 2014, según informó la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal).

La entidad que nuclea a todas las cámaras de alimentos y bebidas del país dijo que «en ese período las exportaciones de las economías regionales cayeron 4,6 por ciento».

La Copal puntualizó que «las caídas fueron dispares por sector», y subrayó que «las exportaciones de manzanas bajaron 50,7%; aceite de oliva, 40,5%; aceitunas, 38,4%; lácteos, 36,5%; carne aviar, 32,9%; peras, 26,2%; golosinas, 25,9%; conservas de frutas, 1,1%; té y preparados, 20,1%; y jugos, 18,6por ciento».

En cuanto a las causas que originaron estos descensos en las ventas externas de la producción regional, la Copal remarcó el «aumento continuo de costos internos (producción, laboral, logísticos, servicios, insumos, etcétera); caída generalizada de precios internacionales; descensos en las demandas, tanto interna como externa; impacto negativo de la devaluación de Brasil y Rusia; presión fiscal y tributaria excesiva nacional, provincial y municipal; altas barreras al comercio internacional; retrasos en devolución de reintegros; y derechos de exportación».

El presidente de la entidad, Daniel Funes de Rioja, puso de relieve que «la presión fiscal global sobre el sector llega al 40,7%, algo que resulta muy dañino para la producción».

Funes de Rioja hizo hincapié en que el «efecto cascada del impuesto a los Ingresos Brutos (IIBB) hace que de una tasa de 2,38%, la tasa final efectiva se transforme en un 9,17 por ciento».

«Hay que simplificar este tributo porque se ha llegado a aplicar sobre las exportaciones como es el caso de la provincia de Misiones», ejemplificó el directivo.

Otros de los puntos conflictivos que planteó Copal fueron los altos costos de logística y las retenciones a las exportaciones. En cuanto a los primeros, los directivos alimenticios manifestaron que «en 2010 representaban el 23% del costo final, mientras que en 2014 subieron hasta un 36%. Sólo en el primer trimestre de 2015, los costos de logística treparon un 15% contra igual período del año pasado».

«Si a esto le sumamos las retenciones a las exportaciones de los productos regionales la situación es desesperante», subrayó, por su parte, Guillermo Barzi, representante de los productores frutícolas. Barzi indicó que «un cajón de manzanas tiene un precio de u$s14 para la exportación pero entre costos de embalaje, frío y logística, se van unos u$s12, con lo cual el precio de la fruta es de sólo u$S2, pero las retenciones se aplican sobre los u$s14 que es el precio al cual se exporta».

La Copal estimó que las retenciones sobre las exportaciones de productos de economías regionales sólo representan unos u$s300 millones.

Funes de Rioja manifestó también que «el sector enfrenta altos costos laborales y una fuerte caída de la productividad laboral», a la cual atribuyó como causas «el alto nivel de ausentismos, la elevada presión fiscal sobre los salarios y el efecto del calendario de feriados, en especial, en épocas de zafras».

«Tenemos uno los más altos costos por hora trabajada. Mientras en la Argentina la hora trabajada cuesta entre u$s15 y u$s18, en Brasil cae a u$s8 y en México se sitúa entre u$s5 y u$s6», sostuvo el directivo.

Las propuestas de Copal

La Copal presentó un documento con propuestas de políticas públicas para el sector de la alimentación y bebidas, entre las que requiere «reglas de juego claras, estabilidad macroeconómica, acceso a los mercados y la libre determinación de los precios, eliminación de las retenciones y la reimplantación del ajuste por inflación», entre otras.

La entidad elaboró un documento en el cual se desarrolla un diagnóstico de la situación del sector. Está siendo entregado a cada uno de los candidatos presidenciales como así también a miembros del actual gobierno.

La iniciativa algunos de los siguientes planteos: reglas de juego claras y previsibles para el desarrollo; estabilidad macroeconómica, favorable para la inversión, junto con un marco regulatorio previsible y armónico; respeto a la iniciativa privada; libertad de competencia; libre funcionamiento de los mercados; políticas públicas para promover las economías regionales; política comercial que promueva el acceso a los mercados; libre determinación de los precios de los alimentos y bebidas; derogación de la Ley 26.991; derogación de normas que limiten la libre exportación de alimentos y la importación de insumos; cronograma para la eliminación de las retenciones; plan de reintegro y reembolsos adeudados; disminución de la carga impositiva y fiscal global; y reimplantar el ajuste por inflación.

FUENTE: DyN