El pasado martes por la tarde, productores e industriales del sector frutícola de Río Negro y Neuquén se reunieron en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich; el ministro de Economía, Axel Kicillof; el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Carlos Casamiquela; el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck; el senador Miguel Ángel Pichetto; y el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, entre otras autoridades, ante la incertidumbre que atraviesa el sector a pocos días de iniciar la cosecha de peras y manzanas, que moviliza completamente las economías de esas provincias. Los productores están muy preocupados por la grave situación económica y financiera con que las empresas del sector finalizaron 2014 y la cadena de amenazas que enfrentan hacia adelante.
Efectivamente, a los problemas generados por las caídas en los precios y los menores volúmenes exportados en 2014, se suman este año una serie de factores que acentuarían la tendencia de «precios en baja y costos en alza» del año pasado, profundizando las pérdidas de los productores y dejando mayor cantidad de hectáreas fuera de producción.
Las principales amenazas actuales que enfrenta la cadena de valor son:
1) Devaluaciones importantes de las monedas, tanto en los mercados que le compran a la Argentina (euro, rublo y real) como de los competidores de la Argentina en el hemisferio sur (Chile y Sudáfrica, que a su vez se ven favorecidos por sus tratados de libre comercio sin aranceles de importación con Asia y Europa).
2) Falta de políticas de estímulo para promover las exportaciones y el fomento de la accesibilidad a mercados internacionales ante la caída de competitividad del sector.
3) Sobreoferta de frutas en el hemisferio norte, hacia donde la Argentina dirige buena parte de su producción, que seguiría reduciendo los precios internacionales. Dependiendo de la especie y variedad, en 2014 los precios cayeron entre un 20 y un 40 por ciento.
4) Sobrestock de frutas en Europa: frente a los problemas para vender a Rusia, las peras y manzanas que iban a ese mercado se están redirigiendo dentro de los países europeos y a Brasil, afectando a las exportaciones argentinas.
5) Desde octubre, Brasil le impuso a la Argentina 14 licencias no automáticas, mientras que a Chile y la Unión Europea no se le aplican estas restricciones. Esas medidas, sumadas a las devaluaciones cambiarias, reducirían las colocaciones en Brasil.
6) Aumentos de costos internos en dólares, llevando la actividad primaria a quebrantos.
Según un documento elaborado entre el área de Economías Regionales de CAME, la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén y la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados, que representan el 100% de los productores de peras y manzanas del país, el sector necesita recomponer en forma urgente su tejido productivo con medidas que implican unos u$s 92 millones, dirigidos a levantar la cosecha y hacer las tareas culturales mínimas, sostener al sector y generar condiciones de competitividad que aseguren el empleo y vuelvan a generar divisas en los niveles históricos.
Para lograrlo, las entidades solicitan la implementación rápida de las siguientes acciones:
– Financieras: Implementar líneas de financiamiento con subsidios a la tasa de interés destinadas a capital de trabajo para la temporada, inversión para mejora productiva y prefinanciación de exportaciones. No implica costo fiscal, sino redirigir y agilizar líneas productivas vigentes.
– Económicas: 1) Reinstalación de los reintegros de exportación a los niveles históricos. En 2002, ante la Emergencia Económica, al sector se le bajaron los reintegros del 10,5% al 5%. Costo fiscal de la operación: u$s28 millones; 2) Reducción a 0 de los Derechos de Exportación: el 5% de retenciones representa más del 20% sobre el costo de producción de la fruta. Costo fiscal: u$s28 millones; 3) Reinstalación de los Reembolsos por Puertos Patagónicos: recuperar un beneficio perdido. Costo fiscal: u$s15 millones; 4) Dados los altos niveles de IVA TÉCNICO que paga el sector, se solicita computar contra el pago de impuestos o contribuciones patronales. Costo fiscal: u$s20 millones.
– Desarrollo de mercados: 1) Plan de Promoción del Consumo en Mercado Interno: existe un plan diseñado, consensuado con el Ministerio de Agricultura de la Nación y las provincias, falta iniciar el financiamiento. Costo fiscal: u$s1 millón; 2) Negociación de aranceles: la Argentina vende en condiciones desventajosas en los mercados externos por los aranceles que paga nuestra fruta; por ejemplo, en Rusia el costo es de u$s4 por caja. Esta operación no implica costo fiscal.
Entonces, el costo fiscal estimado para recomponer el sector es de u$s92 millones.
La necesidad de generar condiciones de trasparencias en la comercialización de la fruta tiene por objeto que el productor y todos los actores de la cadena de valor obtengan una rentabilidad justa. «Es por ello que la función del Estado es velar y lograr que se cumpla esta premisa», indican desde la CAME.
Incidencia
La fruticultura es la principal actividad económica en el Alto Valle de Río Negro, y una de las más importantes también para la provincia de Neuquén.
La importancia que tiene este sector, que se destaca por ser mano de obra intensiva, se refleja no sólo en los más de 74.000 empleos directos, sino que con un promedio de más de 1 puesto de trabajo por hectárea, genera 70 veces más mano de obra que otros sectores del agro, como la soja. Un dato que refleja con precisión ese aspecto es que del gasto anual en producción que desembolsan los fruticultores (de aproximadamente u$s10.000 por hectárea), entre el 55% y 60% son salarios.
En tano, la producción de peras y manzanas también realiza un aporte significativo en la generación de producción y divisas. Es que si algo destaca a la fruticultura de esa zona es el alto valor agregado en origen que aporta: se estima que, del valor FOB, más del 65% es valor agregado a la producción en origen, lo que implica aproximadamente u$s3.000 millones anuales.
En materia exportadora, las estadísticas no se quedan atrás. Históricamente el sector se ha destacado por su desempeño exportador: el 70% de los ingresos del sector provienen de exportación, tanto en fresco (u$s600 millones) como en jugo concentrado. La Argentina exporta peras, manzanas y productos derivados a más de 70 países, y hasta 2014 ha sido líder mundial en exportación de las primeras.
La importancia de la actividad y el alto impacto que tiene sobre las economías regionales ameritan considerarlo como sector estratégico en el desarrollo productivo nacional y apuntalar a los productores que, afectados por una serie de problemáticas externas e internas, no atraviesan su mejor momento.
15 de enero de 2015
Twitter
Facebook
G Plus